Christian Cymet forma legado "luchístico"

Cymet posee la colección de máscaras luchadas más grande del mundo, y es un erudito en lo que respecta a la Historia y evolución de la Lucha Libre.

A mediados del siglo XX y durante su estancia en Estados Unidos, Octavio Paz se daba a la tarea de retratar al mexicano desde una óptica esencialista, eso se  desprende de los dos capítulos iniciales de un pequeño gran ensayo: “El laberinto de la soledad". 

Paz trazaba en escasas líneas el boceto de un personaje que suele ocultarse bajo el amparo de una máscara. No hay que poner en juego las palabras cobardía o hipocresía, porque acá lo importante es que se nos remite a una dinámica donde no caben los calificativos.

Con la minuciosidad de un cirujano, Paz nos va revelando al mexicano básico, como lo harían en otro tiempo Samuel Ramos y de otra manera Chava Flores.

Entre todos los recursos posibles, el mexicano dibujado por Octavio Paz apuesta por el disfraz, y en ese recurso de disfrazarse disimula la pérdida, el dolor y la tristeza.

Obviamente, las máscaras a las que alude Octavio Paz carecen de un carácter físico y son dueñas de una existencia puramente psicológica, esto es habitan en el reino de lo que Ana Freud llama los mecanismos de defensa.

La conquista, el despojo y la orfandad pesan sobre el alma del mexicano, y evadir esas marcas es una de sus herramientas fundamentales.

Muchos años más tarde, en la Ciudad de México, un gran coleccionista de máscaras y parafernalia luchística, Christian Cymet, afirma que esa ciudad es un referente ya que, gracias a gestiones de tipo gubernamental, la lucha libre es considerada ahí como un patrimonio cultural. Situado entre máscaras, capas y botines, el coleccionista indica que en la tierra de Monsiváis y Villoro, la lucha ya forma parte del patrimonio cultural intangible, y esto significa que “ya le dimos un estatus cultural”. 

¿Quién es Christian Cymet?

Es dueño de un gran prestigio internacional, ya que posee la colección de máscaras luchadas más grande del mundo, y es un erudito en lo que respecta a la Historia y evolución de ese espectáculo. De hecho, la exposición “Lucha libre: la historia jamás contada” está basada en su colección.

“Yo siempre he planteado que la lucha libre está ligada a un circuito de actores culturales de alto rango: estamos hablando de artistas como Toledo, el Doctor Lakra y Damián Flores, asi como muchos, muchísimos artistas que en algún momento la frecuentaron, como fue el caso de Salvador Novo, Carlos Monsiváis, Carlos Fuentes, creadores para los cuales la lucha libre formó parte de sus historias, sus vivencias, su juventud”.

Cymet asegura que “dentro del medio de los artistas mexicanos, la lucha está muy ligada a un Cantinflas, un Javier Solís, un Pedro Infante, a quienes les gustaba la lucha libre como tal, con todas las limitaciones de su época”.  Pero ahorita, asienta el coleccionista:

Ya tenemos una declaratoria sólida de patrimonio cultural, que le otorga ese estatus que a su vez nos posibilita el buscar la preservación y la publicidad de la lucha como un factor valioso en sí mismo

Cymet, poseedor de máscaras de El Santo, Blue Demon y Huracán Ramírez, indica que espera que pronto las autoridades culturales de los otros Estados puedan hacer una declaratoria similar, para que ahora sí la lucha sea patrimonio cultural intangible en todo el país.

El entrevistado nos cuenta que comenzó a crear su colección desde la edad de seis años, y nos confía que ha invertido grandes esfuerzos en la generación y protección de esta colección. Nos revela que su padre ejerció también el coleccionismo de antigüedades, y que eso despertó la inquietud en él, forjando una actividad que ha cultivado por más de cuarenta años.

Cymet nos dice que “a veces iba con mi papá al mercado de pulgas, y ahí comencé a preguntar por objetos luchísticos, y la respuesta es que ellos vendían verdaderas antigüedades, no cosas de lucha”.

Sin embargo, más allá de esa respuesta decepcionante, esas búsquedas le permitieron conocer a Arturo Ortega Navarrete, un fotógrafo deportivo que lo indujo a acumular recortes, fotos, máscaras y todo tipo de objetos ligados a esa actividad. 

El entrevistado narra que después de la llamada “época de oro”, la lucha mexicana vivió una especie de largo bache, que vendría a dar lugar a una capítulo de renacimiento a finales de los noventas, época en la que regresa a la televisión y da lugar a la formación de nuevas empresas dedicadas específicamente a ese rubro.

Atento a la preservación de la memoria histórica de la lucha, Christian Cymet posee más de un millón de fotos, todas ellas digitalizadas y organizadas como un archivo. “A lo largo de mucho tiempo he comprado y recortado periódicos y revistas, hasta edificar este legado”.

Christian Cymet y Orlando Jiménez fueron los dos especialistas que hicieron posible la exposición “Lucha libre: una historia jamás contada”, que se presentó en el año 2013 en el Museo de Historia Mexicana de Monterrey.

Gabriel Contreras

Psicólogo, periodista, podcaster, regiomontano desde 1959. Colabora en UANL, UDEM, Mundo Sustentable, entre otros medios.