Cómo te afecta la economía, aunque jures que no ves las noticias
Y creemos entender la política fiscal porque nos enoja el SAT.
Y sobre el tipo de cambio... bueno, solo sabemos que si sube el dólar, hay que cancelar el viaje a Houston.
Pero detrás de eso hay un mundo más complejo, y sí, aunque suene aburrido (y a veces lo sea), es vital para entender por qué nuestro país y nuestras quincenas funcionan como funcionan.
Les redacto un breve y no tan trágico paseo por lo que considero que es realmente la política económica, traducido al lenguaje humano y con algo de humor para no llorar.
¿Para qué sirve un gobierno? (además de mandar stickers con la bandera)
Hay tres formas de entender qué debe hacer el gobierno:
- La visión liberal: Proteger tus derechos básicos. Básicamente, no estorbar.
- La visión socialista: Igualar a todos, cueste lo que cueste (incluso la libertad).
- La visión utilitaria: Hacer lo que más bienestar genere… aunque a veces se equivoque con estilo.
Hoy, la mayoría de los gobiernos van por la tercera.
Su trabajo no es hacerte feliz, pero sí crear las condiciones para que, si te esfuerzas, no te lleve la tostada inflacionaria.
¿Y cómo lo hacen?
Spoiler: no con magia ni motivación tipo TED Talk. Lo hacen con políticas económicas.
Las más importantes son:
- Política fiscal: lo que el gobierno cobra (impuestos) y en qué se lo gasta.
- Política monetaria: controlar la inflación y el circulante (el dinero que “anda suelto”).
- Política cambiaria: manejar el tipo de cambio (y evitar que nos cueste 35 el dólar).
- Política de competencia: que no te vendan internet carísimo porque solo hay un proveedor.
- Política regulatoria: reglas para evitar abusos (y sí, también para complicarte abrir una empresa).
- Política comercial: cómo comerciamos con otros países sin que nos vendan aguacates en 800 pesos.
¿Y eso cómo se ve en la vida real?
- Cuando sube la tasa de interés, tus pagos de tarjeta se van al cielo, pero la inflación baja (eventualmente).
- Cuando el gobierno da subsidios, tú pagas menos hoy… pero podrías pagar más mañana (por vía impuestos o deuda).
- Cuando controlan el precio de la tortilla, parece buena idea… hasta que desaparece del súper.
- Cuando hay aranceles para proteger la industria nacional, terminas comprando cosas más caras… y de menor calidad.
El problema de lo que no se ve
Una joya de este texto es citar a Bastiat:
“El mal economista persigue un beneficio inmediato… el buen economista, un bien futuro, aunque implique un mal presente.”
Traducción para Godínez modernos:
Lo barato y popular hoy puede salir caro y doloroso mañana.
Y sí, eso también aplica para la política pública.
¿Y qué pasa con la deuda?
Ah, la dulce tentación de gastar lo que no es tuyo.
Cuando el gobierno se endeuda, no lo paga el presidente.
Lo pagas tú. Con impuestos. Con inflación. Con menos inversión.
Y sí, con menos capacidad para reclamar si un día no hay presupuesto ni para bachear la calle.
¿Y el crecimiento?
Aquí viene lo bueno: el gobierno no genera crecimiento.
Solo puede crear el terreno de juego.
Quien juega, arriesga y anota… son las empresas, los emprendedores y los ciudadanos.
Cierre para el lector que ya estaba pensando en cerrar esta pestaña
Si llegaste hasta aquí, felicidades: ya sabes más de política económica que muchos diputados.
Y si no te interesa ser experto, al menos quédate con esto:
- No todo lo que parece bueno lo es a largo plazo.
- No todo lo que regula el gobierno mejora la vida.
- Y no todo lo que te afecta está en TikTok.
Entender (aunque sea un poco) cómo funciona la política económica es la diferencia entre quejarte siempre o empezar a exigir con fundamento.