El extraño caso de La Moraleja
Pregunté también ¿desde qué superioridad se le cobraba ser la esposa de fulano de tal?
Y cuestioné a quienes, a partir de ramplonerías, cuestionaban que, si ella impulsó la idea de que el rey de España debía pedirnos perdón por la Conquista, anhelara radicar en el viejo imperio.
Me es difícil comprender, en cambio, lo que leo en la prensa española, que siendo parte tan visible del proyecto de la 4T haya decidido fijar su residencia, no sólo en Madrid (la Madri-guera, escondite de la derecha, según los furiosos y romos propagandistas de ese movimiento), sino en la que podría considerarse la urbanización más glamurosa de Madrid: la zona de La Moraleja, quizás el espacio más rico de España, tierra de celebridades, lujos, golf, ostentación.
Puede ser entendible que optara asentarse ahí, a las afueras de la ciudad, para no toparse todos los días con miradas poco gratas y uno que otro gesto inmoderado o grito hostil en los barrios céntricos de Salamanca o Retiro.
O que no quiera residir en una colonia de clase media, como Trafalgar, porque sería vecina de Calderón.