¿Por qué Claudio X. González fracasó en su aparición pública en Monterrey?
¿A qué me refiero con este defecto?.
A uno que es frecuente entre ciertos personajes de élite que gustan manejar el poder oficial u opositor desde las sombras y, de buenas a primeras, salen a la luz pública como líderes, a encabezar ejércitos de nadie.
Esta conversión suele acabar mal, para ellos y para sus seguidores, si es que tienen alguno.
Tener “gracia” es una gracia divina, no es voluntaria.
El monje gris es un concepto muy antiguo.
Viene de la Corte francesa en el siglo XVII y alude al fraile François Leclerc du Tremblay, mejor conocido como el Padre José o “el monje gris”, porque solía usar túnica grisácea, propia de su orden capuchina, para diferenciarse de su superior, el poderoso y carismático Cardenal Richelieu, quien usaba túnica roja.
Tras su muerte, Richelieu lo sustituyó por otro monje gris.
el Cardenal Mazarino, cuya obra publicada la conoce casi de memoria el alcalde de Escobedo, Andrés Mijes.
Desde entonces, a quien manipula los resortes del mando sin hacerse notar mucho, sin exponerse de más, se le conoce como “monje gris”.
Leclerc siempre estuvo detrás de Richelieu, pero su influencia en la diplomacia fue incomparable. Sin embargo, nunca cometió la imprudencia de querer figurar.
Permaneció toda su vida más o menos tras bambalinas, ejerciendo lo que se conoce como “soft power”.
Desde entonces, la presencia del monje gris es constante pero casi nunca visible.
Así opera mejor: sigiloso y taimado.
Sin embargo, el ego es traicionero.
Cuando el monje gris de Donald Trump, llamado Steve Bannon, sintió que el triunfo del republicano se debía exclusivamente a sus estrategias de relaciones públicas, fue expulsado de la Casa Blanca. De él llegó a decir Trump que “no se bañaba y olía a rayos”.
Cuando al monje gris de Vladimir Putin, llamado Vladislav Surkov —también conocido en sus buenas épocas como “el mago del Kremlin”— las élites políticas le atribuyeron los éxitos políticos de Putin gracias al supuesto hábil manejo de comunicación de Surkov, el Zar Putin lo remitió al peor de los exilios.
El rincón del olvido.
Y de igual forma, cuando Mikhail Khodorkovsky, el monje gris de los oligarcas rusos enemigos de Putin, decidió dejar de patrocinar y dirigir desde las sombras a los partidos rivales al Kremlin y encabezar la oposición en plan ególatra de líder máximo, fue repudiado por sus antiguos compañeros y pasó largos años en la cárcel.
¿Cuál es el defecto de Claudio X. González? Que no tiene la mínima gracia.
No tiene encanto ni como villano de película de superhéroes. Hay quienes nacen para deslumbrar y otros para cabildear.
Y hay quienes nacen sin tener ninguna de las dos cosas.
¿Cuál es el defecto de Claudio X. González? Que vino a Monterrey a pedir firmas para “salvar” la democracia cuando los regiomontanos queremos que nos salven a nosotros, no a conceptos abstractos.
¿Cuál es el defecto de Claudio X. González? Que viene a Monterrey a convencernos de que su propuesta ciudadana de Reforma Electoral —que pretende eliminar plurinominales— es para destruir la Reforma Electoral de Sheinbaum que elimina plurinominales.
No señala, ni acentúa, ni contrasta claramente la diferencia.
¿Cuál es el defecto de Claudio X. González? Que viene a convencer a emprendedores de su propuesta electoral cuando ayer tildó de floja a la misma clase emprendedora.
“Son flojitos”, les dijo a los empresarios regiomontanos.