El Índice de Paz México 2023, parte 1

Alberto Martínez DETONA aquí: Un factor vital en la revisión de la inseguridad en México, tiene que ver con la delincuencia organizada...

El laboratorio de ideas de origen australiano Instituto para la Economía y la Paz ha fundado su razón de ser en abordar la relación violencia, paz y economía como uno de los pilares fundamentales para alcanzar mejores niveles de desarrollo; para ello, dicho instituto desarrolló un Índice de Paz, el cual tienen versiones globales y específicas sobre las condiciones y características de algunos países, como lo son Australia, Bélgica, Países Bajos, México, fundamentalmente.

El objeto del Índice no es sancionar ni juzgar la efectividad, por el contrario... si bien tiene un ingrediente de denuncia sobre el estado de la violencia y los costos económicos que supone no atajarla y atenderla, también reconoce, a través de pilares, las ventanas de oportunidad que permitirían atajar la violencia en cualquiera de sus expresiones.

La décima edición del Índice de Paz México, presentada esta semana, muestra que el país ha experimentado tres años consecutivos de mejoras en la paz después de deterioros sustanciales entre 2015 y 2019.

El año pasado encontramos que la paz en el país mejoró en un 0.9 %, mejora impulsada por un declive significativo –de 7.9 %– en la tasa nacional de homicidios, de conformidad con lo señalado por Alex Vedovi, investigador y responsable de la edición México de dicho Índice.

Sin embargo, las mejoras recientes son marginales y significa que varias tasas de violencia –incluyendo los homicidios– se han aplanado en niveles muy altos.

Además, debajo de estas leves mejoras recientes, hay un conjunto complejo de tendencias que van en el sentido opuesto y que siguen obstaculizando la reducción de los altos niveles de violencia en México.

El Índice de Paz México destacó que uno de los factores más importantes en la revisión de la inseguridad y su complejidad en nuestro país, tiene que ver con el cambiante panorama de la delincuencia organizada en el país. 

Muchos de los cambios de las últimas décadas tienen su origen en el inicio de "la guerra contra las drogas" en 2006 y la consiguiente desarticulación de las estructuras de varias organizaciones criminales bien establecidas. Sin embargo, los cambios se han acelerado en los últimos ocho años, en parte impulsados por las respuestas a las transformaciones del mercado de drogas ilegales en Estados Unidos.

Para el especialista, el IPM 2023 señala que desde que comenzó "la guerra contra las drogas" en México, la gran mayoría de las respuestas institucionales a la violencia criminal se han centrado en el uso de la fuerza pública. 

No obstante a este enfoque, es necesario que una atención integral de la paz deba saber aplicar un enfoque sistémico para entender factores más allá de los directamente relacionados con la contención de la violencia.

Por tanto, para fomentar una paz sostenible, el Instituto para la Economía y la Paz afirma la necesidad de dar hincapié en la Paz Positiva, que consiste en las actitudes, instituciones y estructuras que crean y sostienen sociedades pacíficas. 

Entre otras cosas, la Paz Positiva requeriría crear alternativas económicas viables para los jóvenes que, de otro modo, podrían verse atraídos por la delincuencia organizada, desarraigar corrientes machistas que ayudan a fomentar la violencia de género, así como establecer sistemas y normas para combatir la corrupción endémica.

Un enfoque de este tipo ayudaría a México no sólo reducir sus altos niveles de violencia, sino también construir la confianza social y el capital humano necesarios para sostener los avances en el largo plazo. 

Alberto Martínez Romero

Licenciado en Periodismo y Comunicación Colectiva por la UNAM. Tiene un MBA por la Universidad Tec Milenio y cuenta con dos especialidades, en Mercadotecnia y en periodismo de investigación por el Tec de Monterrey. Tiene diversas diplomaturas en Habilidades Gerenciales por la Universidad Iberoamericana y se ha especializado en Relaciones Públicas y Atención de Crisis en Comunicación. Ha sido reportero y editor en medios como Reforma y El Universal. Fue corresponsal en Centroamérica para Reforma y Notimex. Colaboró en la realización del libro “La Huelga del Fin del Mundo”, de Hortensia Moreno y Carlos Amador, primer libro que se escribió sobre la huelga estudiantil de 10 meses en la UNAM en 1999.