El mejor ejemplo de Nixon

Definitivamente, desde un punto de vista humano y de trascendencia social, el mejor ejemplo de Richard M. Nixon, 37vo presidente de los Estados Unidos, fue haberse fotografiado junto al gran Elvis Presley durante su gestión gubernamental, mostrando esa cara de orgullo ante un hombre que cambió la historia.

Pero otro extraordinario ejemplo de Nixon para la historia y para la humanidad fue haber decidido renunciar a la presidencia de los Estados Unidos al cumplir su segundo año de su segundo mandato presidencial, sin cumplir los cuatro establecidos.

Este hecho debió haber sido un ejemplo para muchos mandatarios, que al darse cuenta que fracasaron durante su gestión, como Nixon, prefieran renunciar por su bien, por su reputación, por su país, y por su lugar en la Historia.

Gustavo Díaz Ordaz, como ejemplo, aunque su presidencia en México fue antes de la renuncia de Nixon, si hubiera renunciado después del 2 de octubre de 1968, otra historia se hubiera escrito.

Solo por mencionar un ejemplo al respecto, quizá, si Sadam Hussein hubiera renunciado después del atentado de las Torres gemelas aquel día fatídico del 9 de septiembre del 2001 de su cargo como mandatario, independientemente de las razones o irracionalidades al respecto, la guerra contra Irak no hubiera ocurrido.

No es mi interés abusar de la libertad de expresión y escribir sobre mandatarios en particular que en esta época podrían renunciar y cambiar el rumo de la historia y/o de la paz mundial, pero dejo abierta esa posibilidad de reflexión personal para todos los lectores del presente ensayo.

Finalmente, como dijo el mismo Nixon haciendo una reflexión introspectiva de muy alto nivel:

“Solo quiero decir una cosa: he ganado y he perdido, pero ganar es lo más divertido”

Nota agregada: Recomiendo la lectura del libro: “Líderes”, del mismo Richard M. Nixon, sobre todo del capítulo en el que habla de Winston Churchill.