El peso de la Historia
Les aceptamos todo el discurso inclusivo. Caminamos con ellos durante los primeros años. Observamos los rostros de los apoltronados en las aceras. Era el momento de mostrar la solidaridad.
Una vez al año de invisibles al canto de rabia. Romería de colores. Mucha piel al desnudo. Besados por el sol. Las danzas encima de las cajas de los trailers. Los adornos corren a pago de los antros de onda.
Las grandes minorías ya no aceptan a los naturales. Le increpan a la hipocresía de la sociedad en caída libre. Esto no es un simulacro de libertad. Sino de musculo político. Quienes negocian con las alcaldías o el gobierno estatal son sufragantes al momento de la elección.
Recuerde bien las letras pequeñas en el contrato de la concentración. La Historia nos habla de los exquisitos griegos y de los enloquecidos romanos. En toda página se cuecen laberintos..
Coronan al rey de la inmundicia o a la reina del escándalo. Proxenetas, regenteadores y matrimonios igualitarios abren el telón de sus deseos más reprimidos. Apostar en contra de ellos conlleva por aguantar la andanada de linchamiento.
Encadenados a borrar todo pasaje Patriarcal o Matriarcal. Toda agenda viene consensuada.
Al final del arcoíris, no son las palomas de Noe en las postrimerías del diluvio universal. Sino el fuego, el azufre y el llanto...
El hangover del domingo. Del como llegamos a casa. Unicornios, ponys y elfos. Otro año más. Un año menos.