En Los Arcos corretean a clientes que olvidan dejar propina
¿Quién paga los sueldos de los meseros de los restaurants?
A lo mejor algunos propietarios lo hacen, pero la mayoría les asignan raquíticos salarios y la inmensa mayoría del personal depende de las propinas que dejan los clientes.
En inglés se le denomina "tip", pero la palabra correcta es "gratuity", que se traduce como "gratificación".
Los meseros de Los Arcos se ve que están entrenados para "seducir" al cliente con sus atenciones y de verdad cumplen con su cometido.
Esta característica abarca también a los capitanes y a las hostess.
- El BigData de DETONA revela que en México, el 95% de los clientes deja propina.
- De éstos, 8 de cada 10 dejan el 15%
- Uno de cada 10, el 10%
- Y otro de cada 10, el 20%
Ojalá que los capitanes de Los Arcos, sucursal Morones Prieto, supieran de estas cifras.
Porque de ser así, no correterían hasta fuera del local a los clientes que olvidan dejar la propina o sencillamente, no quieren darla porque consideran que el personal no la merece.
Recuerden que es una "gratitud" por el servicio recibido.
OSO DEL CAPITÁN DE MESEROS
Así sucedió hace varios días, cuando uno de los directores de DETONA invitó a comer a uno de sus hijos a Los Arcos, sucursal Morones Prieto.
Porque así le dio la gana, el cliente pagó la cuenta con tarjeta de crédito y le avisó al mesero que la propina se la entregaría en efectivo.
Pero como la plática estaba tan buena, se les olvidó dejar el dinero sobre la mesa y salieron al estacionamiento a esperar su vehículo.
Apenas cruzaban la puerta cuando uno de los capitanes los alcanzó y de mala manera, el muy caradura les exigió la propina de su consumo.
Los clientes se disculparon por el olvido y le entregaron un billete que cubría sobradamente el 15% del consumo.
El capitán tomó el dinero, y en vez de darles las gracias, les dio la espalda.
MENSAJE A Édgar Armando Angulo Espinoza:
Como uno de los dueños y director de relaciones públicas que es de los Los Arcos -fundados en 1977- si siguen permitiendo que estas cosas sucedan, de nada va a servir que seduzcan a los comensales, si apenas terminan de comer se olvidan de sus buenos modales y perrean de tan fea forma las propinas.