Favor de no responder

Gerson Gómez DETONA: Las autoridades iranies pidieron no responder al ataque. Después de la bravata, los caminos a la diplomacia son nulos.

Se acostumbró a llamar al timbre. Por semanas la broma tuvo su efecto. A la salida después de la secundaria. Correr mientras los inquilinos abrían la puerta.

El coraje de las personas mayores. Broma inocua. Subió de tono. En la esquina donde un par de perros pastores alemanes cuidaban.

Tras varias semanas de frustración, los dueños usaron la lógica. Al patear el portón amarillo, se abrió de manera abrupta.

Ay mamacita fue el único comentario del compañero burlón. Salió disparado con el maletín en manos. Nos quedamos petrificados.

El remedio fue suficiente para silenciar a los estudiantes de las bromas de los timbres y los puntapiés a las compuertas.

En situación símil, Irán hizo alarde de su poderío militar en contra del pueblo Hebrero.

Desplegaron misiles y drones en represalia por el error táctico de los israelitas contra la embajada de Irán en Siria.

Con esta acción, muchos de los musulmanes radicales, no la mayoría, adelantaron algunos segundos a la posibilidad de una intervención militar en medio oriente.

Las autoridades iranies pidieron no responder al ataque. Después de la bravata, los caminos a la diplomacia son nulos.

Ya sueltos, los violentados, con el uso de la inteligencia militar de varias naciones aliadas, cuentan ya con el permiso para ejercer el recurso del ángel de la fatalidad.

Todo discurso y acto con marcas de sangre fresca. La rabia de una historia repetitiva viene en camino.

Pedir sensatez es como el chamaco infractor de la escuela secundaria. Les van a faltar pasos largos para huir de la respuesta. De eso no hay duda alguna.

Gerson Gómez

Morelense de cepa Regiomontana. LCC con especialidad periodismo (UANL). Doctor en Artes y Humanidades (I.C.A.H.M.). Tránsfuga de la mesa de redacción en diferentes periódicos como El Diario de Monterrey, Tribuna de Monterrey, y del grupo Reforma en el matutino Metro y vespertino El Sol. Escort de rockeros, cumbiamberos, vallenatos y aprendices al mundo de la farándula. Asiste o asistía regularmente a conciertos, salas de baile, lupanares, premieres, partidos de fútbol y hasta al culto dominical. Le teme al cosmos, al SAT, a la vejez y a la escasez de bebidas etílicas. Practica con regularidad el ghosting. Autor de varios libros de crónica como Hemisferio de las Estaciones, Crónicas Perdidas, Montehell, Turista del Apocalipsis, Monterrey Pop y Prêt-à-porter: crónicas a la medida.