Siete Puntos

Jóvenes: ¿Conservadores?

Paco Gómez DETONA: “Los jóvenes de mi generación -nací en 1952- quisimos transformar el mundo; ustedes lo que quieren es adaptarse a él”.
1.

Hace algún tiempo recibí cordial invitación de cierta universidad local. En su facultad más poblada se desarrollaba la campaña para elegir a la sociedad de alumnos, y una de las planillas me requirió para darles una conferencia.

El tema de la misma era tan abstracto como concreto: los jóvenes.

Aunque disponía de una hora y media para mi disertación, les comenté que la misma duraría menos de un minuto, pues sería sólo una frase: “los jóvenes de mi generación -nací en 1952- quisimos transformar el mundo; ustedes lo que quieren es adaptarse a él”.

2.

En el auditorio estarían unos 100 chavos, concentrados en sus celulares, por lo que mi, según yo, provocativo minidiscurso no logró su objetivo.

En vez de despertar en ellos una enconada reacción, y de que me arrojaran toda clase de objetos manifestando su molestia, me vieron con cara de compasión, y con una mirada de la que brotaba un “¿y?”.

Por fortuna nadie me endilgó un: “ustedes que quisieron transformar el mundo: ¿se dieron cuenta del que nos dejaron?”. Conversamos sobre temas variados y concluí como los toreros en apuros, abreviando.

3.

Por meses mantuve mi tesis, añorando las épocas del movimiento hippie, las revoluciones estudiantiles, los posters del Che Guevara y las trovas del sapo cancionero. Me confirmé en ella cuando leo que en Holanda, Francia, Italia y España la ultraderecha, identificada siempre con los más viejos en años e ideas, es la opción electoral preferida por los jóvenes europeos. De la misma manera, me entero que en Argentina, el pintoresco -por no endilgarle otro adjetivo- Milei obtuvo casi el 70% del voto en menores de 24 años.

4.

¿Tengo razón, entonces? ¿Los muchachos de ahora son más conservadores que los mozalbetes de la segunda mitad del siglo pasado?

Otros datos me afianzarían en mi certeza: la rotación laboral, que les impide, sobre todo a los recién egresados, mantenerse en sus empleos; el desaire a responsabilidades como el matrimonio; el desdén hacia principios como la puntualidad, etc. Pero no.

Creo que estoy equivocado, y los jóvenes de hoy pueden ser tan rebeldes como lo fuimos los de hace décadas. Van dos razones.

5. 

En primer lugar, presentan la misma animadversión al status quo que teníamos nosotros, aunque con otras manifestaciones.

https://www.youtube.com/watch?v=eamLnq7Diyw

La precarización laboral, por ejemplo, las dificultades para el ascenso social, la falta de respuesta a temas que son muy “juveniles”, como los feminicidos, la penalización del aborto, la prohibición de la marihuana, etc., han ocasionado que sientan toda la estructura institucional de la sociedad como obsoleta, de ahí sus agresiones a instalaciones de gobierno, empresariales, religiosas y culturales.

6.

Por otra parte, la ausencia de proyectos alternativos favorece el primer dato.

Un ejemplo:

Las dos pre-candidatas a la presidencia de la República -que en realidad son candidatas desde hace meses- hanpresentado a sus equipos de campaña.

Más allá de los personajes, pertenecientes a partidos políticos cuestionados y muy lejanos de las aspiraciones juveniles: ¿cuántos chavos encabezan sus diferentes coordinaciones? Solo en el de la pre-candidata opositora aparecen dos chavales: ¡sus hijos! Dando pie a acusaciones de nepotismo.

En fin. ¿Así cómo?

7.

Cierre icónico.

Desde la semana pasada, Nuevo León ocupa las primeras planas en los periódicos nacionales, y es objeto de análisis en la mayoría de los editoriales que conforman la llamada “comentocracia”.

¿Las notas se refieren a las tradicionales características que nos hacen enorgullecer como regios, es decir, a que somos un estado con una gran pujanza económica e industrial, y que contamos con los mejores hospitales, universidades, estadios, parroquias y restaurantes de América Latina?

No. Otros han sido los temas, que dan hasta pena ajena.

Padre Paco

El sacerdote José Francisco Gómez Hinojosa (Monterrey, México, 1952) es el actual Vicario General de la Arquidiócesis de Monterrey. Es diplomado en Teología y Ciencias Sociales por el Departamento Ecuménico de Investigaciones de San José, Costa Rica, y doctor en Filosofía por la Pontificia Universidad Gregoriana de Roma. Ha sido profesor en el Seminario de Monterrey, en la UDEM, el ITESM, la Universidad Pontificia de México, el Teologado Franciscano, el EGAP (Monterrey) y la Universidad Iberoamericana (Centro de Extensión Monterrey).