Opinión

La incomodidad que enseña: mayéutica en el aula y en la vida

Emiliano Calvert DETONA® Esta semana arranqué mi MBA y me encontré con un método que promete sacarnos canas antes de tiempo: el método del caso.
https://vimeo.com/1091444957
Básicamente, te avientan un problema real de negocio y, en lugar de darte la solución, te hacen discutir, debatir, contradecirte… y a veces quedar en ridículo frente al grupo.

La idea no es que salgas con una respuesta única, sino que aprendas a pensar mejor.

Y eso me hizo recordar a un viejo conocido de la filosofía: Sócrates.

La partera de ideas 

La mayéutica socrática era su técnica de enseñar a través de preguntas.

Sócrates no daba discursos de “aquí está la verdad absoluta”; más bien hacía que su interlocutor se enredara en sus propias respuestas, hasta que la única salida era pensar de nuevo.

El término viene de “parir”: ayudar a que nazca una idea.

En corto: Sócrates no te llenaba de información, te obligaba a confrontar lo que ya creías saber.

Suena noble, pero en la práctica es como cuando un amigo incómodo te pregunta: ¿y estás feliz en tu trabajo? y tú solo querías tomarte una cerveza tranquilo.

Hoy, ese espíritu socrático revive en el método del caso.

En lugar de memorizar teorías(Machetearte la información), diseccionamos problemas reales: la caída de Enron, un dilema ético en un startup, una decisión de expansión internacional.

No hay PowerPoint con la verdad absoluta; hay preguntas que te hacen custionar todo.

¿Lo curioso?

Que esas preguntas son más valiosas que las respuestas fáciles.

Porque en la vida real, rara vez hay una respuesta correcta; lo que hay son decisiones con consecuencias.

¿Por qué nos cuesta tanto?

Porque preferimos certezas.

Queremos que nos digan “haz A, luego B, y éxito asegurado”.

Pero la mayéutica y el método del caso nos recuerdan que el verdadero aprendizaje viene del desorden mental: cuando te quedas en silencio, cuando dudas, cuando otro compañero tumba tu argumento con un ejemplo mejor.

Y eso, aunque sea molesto, te hace crecer.

Tal cual como el gimnasio: no hay músculo sin incomodidad.

En el mundo laboral: líderes que preguntan, no que dictan

Lo interesante es que esta metodología no solo aplica en un aula, sino en cualquier empresa.

Los mejores líderes que conozco no son los que dan órdenes como robots de Amazon, sino los que saben preguntar bien.

  • “¿Por qué hacemos esto así?”
  • “¿Qué no estamos viendo?”
  • “Si tuviéramos que empezar de cero, ¿cómo lo haríamos?”

Preguntas incómodas, sí.

Pero son las que evitan que una empresa se convierta en dinosaurio.

En fin… 

A veces parece que vivimos en un mundo que premia la velocidad: responde rápido, actúa rápido, presume rápido.

La mayéutica, en cambio, premia la pausa y la incomodidad.

Te obliga a pensar antes de soltar la respuesta.

Así que, si Sócrates viviera hoy, probablemente sería ese profesor que todos odian al principio… pero al que terminan agradeciendo después de años, cuando descubren que su peor clase fue la que más les enseñó.

En la empresa, en la escuela, o en la vida personal, la lección es la misma: no necesitamos más respuestas rápidas; necesitamos mejores preguntas.
https://vimeo.com/1089261994
https://vimeo.com/1015118818