SIN CENSURA

¿Qué tiene que ver la elección en NL de 2027 con la victoria de Milei ayer y la 'elobala de plata'?

Eloy Garza DETONA® Desde hace una semana, contra la opinión de todos los analistas políticos de Argentina y la mayoría de los de México, advertí que Javier Milei, con su partido “La Libertad Avanza”, ganaría las elecciones intermedias de ayer con amplio margen.
https://vimeo.com/1091599378

Fue una especie de profecía que molestó a muchos lectores míos, que confunden deseos personales con datos duros.

Algunos incluso me acusaron de correrme a la extrema derecha.

Otros no se molestaron ni siquiera en atender mis argumentos. 

Muchos amigos atajaban mi lógica por la que yo predecía que Javier Milei ganaría estas elecciones.

“Sí, es que según tú la oposición no presentó buenos candidatos”, me cortaban unos.

“Sí, ya se, es que todos los argentinos están cada vez más locos”, me interrumpían otros. 

Pues no.

Las razones por las que yo afirmé la victoria rotunda de Milei no pasaban por ninguno de estos sesgos cognitivos. 

Ni los opositores a Milei fueron pésimos candidatos, ni los electores argentinos están locos, ni es que el fascismo esté de moda en Argentina, el continente americano y el mundo entero.

Entonces, ¿qué carajos pasó? 

Pasaron tres factores a analizar. 

El primer factor es creer que una derrota electoral deja al partido perdedor como cartucho quemado. 

Falso, frecuentemente, un buen candidato pierde no por culpa suya, sino de las circunstancias, cambiando el contexto, puede ganar.

Pasó con Natividad González Parás para gobernador en Nuevo León (perdió la primera vez que se lanzó); con Andrés Manuel López Obrador (perdió dos veces antes de ganar la Presidencia) y con otros candidatos de los tres niveles de gobierno.

De las derrotas se aprende.

La formación política de Milei perdió en las pasadas elecciones la provincia de Buenos Aires y ganó ayer contundentemente. 

Segundo factor: los motivos por los que un analista político señala que un candidato es malo pueden ser los opuestos a los que la mayoría de los electores decide que es bueno. 

Cuando yo he dicho que Samuel García es un candidato muy viable para la presidencia, algunos analistas se enojan conmigo.

Lo que pasa es que yo no pienso en términos de análisis político, sino de rentabilidad electoral, la gente ve a Samuel como un rockstar.

¿Eso es bueno o es malo? Es muy bueno. 

¿Entonces les irá bien a todos los candidatos que sean rockstars como Samuel? No, les irá muy mal, un perfil no es una receta, menos en política. 

Si yo actúo como Javier Milei e insulto violentamente a mis adversarios, me conduzco como un loco y me visto de cuero negro de los pies a la cabeza, ¿ganaré la elección como las gana Milei? No.

Un perfil no es una receta. 

Tercer factor (y para mí, el más importante): la “bala de plata”.

Esta es una imagen de la que yo incluso he derivado una teoría electoral, los partidos, así como los políticos, tienen una bala de plata. 

Cuando ya aprendiste de las derrotas, cuando ya afinaste la puntería y cuando las circunstancias y el contexto te resultan favorables, dispara tu bala de plata.

No quiere decir que darás en el blanco, pero las probabilidades de atinarle son mayores. 

La oposición de Milei, especialmente el peronismo de Axel Kicillof, disparó su bala de plata en las pasadas elecciones de hace dos meses, una elecciones irrelevantes que lo único que provocaron fue despertar a los adversarios al peronismo —que hace dos meses se quedaron en su casa, nutriendo la abstención— y que no quieren a Milei, pero que detestan a Cristina Kirchner.

Por descarte, ahora salieron a votar por el partido del presidente, “La Libertad Avanza”. 

Si las elecciones de septiembre pasado hubieran salido tablas, es decir, empate técnico, es probable que el peronismo de Kicillof hubiera ganado en estas elecciones de ayer, que eran más significativas para formar mayoría en el legislativo.

Dicho de otro modo: desperdició el peronismo su bala de plata, eso se lo dijo muy claro Cristina a Kicillof, en vez de felicitarlo la pasada elección. 

“Sos un boludo feliz. En dos meses se te quitará esa sonrisa”, le dijo. 

Hace años estuvo de moda el libro El mito del votante racional, de Bryan Caplan, su tesis consistía en demostrar que el votante suele votar irracionalmente.

La tesis de Caplan es una falacia. Que un votante elija a determinado  candidato a partir de premisas diferentes a las de un politólogo ilustrado no significa que Caplan sea más racional que el elector promedio.

Significa que la racionalidad del votante es distinta a la del experto. 

¿Por qué es distinta? Eso es lo de que debería analizar el experto, en vez de simplemente acusar a los electores de ser irracionales, estúpidos o ignorantes.

Los votantes tienen sus razones, que la razón académica desconoce.
https://vimeo.com/1115590494
https://vimeo.com/1115590526
https://vimeo.com/1015118818
Eloy Garza

Es abogado, maestro en Letras por la UNAM y máster en Tecnologías de la Información por la Universidad Oberta de Cataluña. Escribe para diversos medios de comunicación.