La nueva diplomacia Oriental
La semana pasada los presidentes de China, Xi Jinping, y de Rusia, Vladimir Putin, tuvieron una reunión de tres días en Rusia.
Durante la visita del Presidente de China, además de reafirmar su cercanía y amistad, los mandatarios firmaron acuerdos de cooperación comercial, de inversión, y de energía también, pues ambos países contemplan la construcción de un nuevo gaseoducto que pueda incrementar la provisión de gas ruso a China.
Ambos mandatarios hicieron públicamente referencias sobre el conflicto entre Rusia y Ucrania.
El Presidente de China se declaró “imparcial” ante dicho conflicto, con una posición “objetiva y sin sesgo”, y añadió que su país se adhiere al respeto de los principios de las Naciones Unidas.
Vale la pena recordar que el pasado 24 de febrero, a un año del inicio del conflicto, China propuso un plan de 12 acciones para lograr la paz de dicho conflicto. Entre las propuestas, se plantea:
- Un cese inmediato de hostilidades.
- El inicio de conversaciones y negociaciones.
- Retirar las sanciones unilaterales.
- Promover la reconstrucción.
El Presidente de Rusia mencionó que la propuesta de paz de China pudiera ser utilizada como base para las negociaciones y eventual acuerdo de paz, con la condición que Ucrania y el Oeste -es decir, EUA y aliados-, tengan la disposición, sin embargo añadió que aún no lo percibe así, pues culpó al Oeste de no aceptar la propuesta de China.
Por su parte, EUA ha señalado que no acepta dicha propuesta, debido a que el cese del conflicto significaría ceder a Rusia el territorio donde ya se ubican sus tropas
Ucrania ha declarado que celebra el involucramiento diplomático de China para buscar la paz, mas con la condición que Rusia retire sus tropas. Aunado a lo anterior, cabe añadir que China promovió y fungió como mediador para lograr el pasado 10 de Marzo, la firma de un acuerdo entre Arabia Saudita e Irán, con el fin de reestablecer sus relaciones diplomáticas y reabrir sus embajadas, después de siete años de tensión entre ambos países.
Mi análisis y prospectiva:
China procura posicionarse como el “fiel de la balanza” de complejas animadversiones entre países.
Con ello, pretende también convertirse en aliado de otras naciones -sobre todo emergentes o en desarrollo-, para la solución de sus conflictos diplomáticos.
El reciente acuerdo entre Arabia Saudita e Irán, además de incrementar su influencia en dicha región y asegurar la estabilidad para su consumo de energéticos, le sirve como antecedente para fortalecer su imagen de mediador de paz. Sin embargo, está sujeto a que dicho convenio, al menos se mantenga por un tiempo considerable.
Su propuesta de paz para el conflicto entre Rusia y Ucrania, que ya ha sido aceptada relativamente por Rusia, mas rechazada por EUA por las razones expuestas, le confiere una ventaja de percepción como un mediador que procura el inicio de negociaciones y desea su eventual solución.
China y Rusia, además de su cercanía geográfica y de compartir una extensa frontera, mantienen acuerdos de largo plazo importantes para ambos.
China requiere asegurar la constante y considerable provisión de insumos energéticos (i.e. gas y petróleo), y Rusia necesita también los recursos económicos que ello le genera, aunado a la continuidad de importaciones de productos chinos. Es decir, un potencial distanciamiento entre dichos países se mantiene con una baja probabilidad.
Por el contrario, la reciente reunión fortalece su relación e interdependencia.
Por todo lo anterior, de ahora en adelante no debe sorprender la participación o mediación de China, en la solución de conflictos internacionales de alto perfil, incluido el de Rusia y Ucrania. Conforme continúe involucrándose, incrementará su liderazgo y la influencia de la diplomacia Oriental, complementada por naciones aliadas de dicha región o con intereses en común.