La Señora Harris va a París - Mrs. Harris Goes to Paris / Inglaterra, EUA, Canadá, Francia, Hungría y Bélgica, 2022)

Director: Anthony Fabian. Guión: Carroll Cartwright y Anthony Fabian. Actores: Lesley Manville, Isabelle Huppert, Lambert Wilson y Alba Baptista. TRES ESTRELLAS.

En el Londres de 1957, a la señora Harris de pronto se le ocurre que quiere un vestido de la Casa Dior de París, y como la suerte la ha favorecido, todo apunta a que logrará su deseo.

La Señora Harris va a París es una comedia ligera sobre las peripecias que vive Ada Harris, acongojada por la rutina de su trabajo como afanadora de viviendas y también como “consejera” de sus patrones.

No hay nada complicado en la trama, y la estrella que es la veterana Lesley Manville maneja con suavidad a su personaje en un mundo que a todas luces la explota para beneficio de todos, menos de ella.

Hasta que de repente le cae lo que los americanos llaman como “serendipity”: la casualidad que se asoma, y mediante una serie de eventos afortunados, todo apunta a que su deseo de conseguir un vestido Dior, se vislumbra en el horizonte y que le dice “ve a ir a París”.

El filme como se dijo es simple y sencillo, ya realizado y adaptado de la novela de Paul Gallico varias veces. Ahora es con una señora Harris como un catalizador en medio de un huracán de eventos que se suscitan en la Casa Dior, que van desde romances hasta una restructuración de la empresa.

Mientras tanto, el personaje de la señora Harris sufre cambios, cortesía de la odisea involuntaria que vive. De hecho y sin adelantar, la mujer que regresa a Londres no será la misma.

En sí, no hay más que señalar por encima de la moraleja que una persona se puede poner lo que sea, pero es su resplandor interno lo que hace que luzca y puede vestir desde una “garra” hasta una obra de arte de Dior. Lo importante es, como decimos nosotros: “la percha”. Se puede tener las ganas de comprar un Dior sin lugar a dudas, pero ese es el chiste, a ver si les queda tanto en personalidad como en corte.

Mi única crítica de la trama es que hacia el final, lo que puede denominarse como el último acto, se cae, y si mencioné que todo es “serendipity”, una serie de casualidades y eventos afortunados, la situación se convierte en un Homero (del célebre Homero Simpson), una serie de metidas de pata que terminan en algo bueno y ni cuenta se da.

No sé si al director Anthony Fabian se le acabaron las ideas al trabajar su propio guión o quiso evadir los clichés y la receta de cocina porque una de las historias de amor la evade totalmente, y los probables amores o desamores de la Señora Harris terminan como si se fueran a resolver “en el siguiente capítulo”.

Pero el viaje de transformación de señora Harris en París es toda una aventura para disfrutar, nada más.
TE DEJAMOS EL TRAILER:
Justo Elorduy Hevia

Nacido en 1958, año de estreno de El Puente Sobre el Río Kwai. Crítico de cine y por 34 años analista del género en el periódico El Norte. Amante de la magnificencia de la pantalla grande. Y no hay sustituto. Lo que se ve en la pantalla grande, se queda en la pantalla grande.