La tragedia de demonizar día a día
Tras amenazar que su gobierno y los suyos les darán una paliza a los “lunáticos de la izquierda radical”, Trump dijo que ya es hora de que los estadunidenses y los medios de comunicación “se enfrenten al hecho de que la violencia y el asesinato son la trágica consecuencia de demonizar día a día a quienes discrepan de la manera más odiosa y despreciable”.
Con esa lógica simplista, en la intemperie de un crimen que tocó el corazón de Estados Unidos, enganchó las agresiones verbales y escritas con los disparos que mataron a Charlie Kirk.
Es lo que incluso amigos moderados me sugerían expresar sobre López Obrador después del ataque que sufrí el 15 de diciembre de 2022.
Un día antes, por ejemplo, López Obrador había dicho que quienes vieran o escucharan mis programas corrían el riesgo de encajarse un tumor en el cerebro.
Pero nunca tuve pruebas de que una cosa conectara con la otra.
No pude enganchar las muchas calumnias y humillaciones de él con los balazos.
Quizá me equivoqué, pero, a diferencia de un presidente, sigo creyendo que un periodista tiene que registrar los hechos, incluso de su atentado.