¿Cómo estamos realmente en movilidad y seguridad pública con Samuel García, y qué es 'agenda setting'?
Se trata de no conducir vehículos propios —quienes los tenemos—, sino de usar transporte público y caminar por el centro de los municipios urbanos.
Bautizamos esta práctica con una frase del poeta Salvador Novo: “ejercer nuestra ciudad”.
¿Qué comprobamos? Que el entorno urbano obviamente no es uniforme en su seguridad pública; que, como en todas las metrópolis del mundo, hay zonas más riesgosas que otras.
Pero, en términos generales, nos sentimos más seguros ahora que hace seis años.
La inseguridad se percibe cuando uno circula por la calle, cuando uno se pasea por los barrios.
Las cifras se palpan en la realidad.
En los años recientes, se redujeron 80% los delitos de alto impacto y bajaron 78% los homicidios en Nuevo León.
Se ha recuperado gran parte de la paz social.
Sin embargo, ciertos operadores políticos y mediáticos buscan convencernos, persuadirnos o manipularnos con la idea de que, en seguridad pública, los nuevoleoneses cada vez estamos peor y nos deslizamos a una distopía aterradora.
Que todo es un rotundo desastre y que en cualquier momento nos puede matar una bala perdida.
Esta manipulación mediática tiene su nombre: “agenda setting”.
Su intención es inducirnos “qué pensar” sobre un tema y “cómo pensar” sobre ese mismo tema.
Veamos el caso de la movilidad en Nuevo León.
De nuevo, el tiempo de espera y traslado no es tampoco uniforme, depende de las horas pico y de la zona metropolitana concreta donde uno esté.
Algunas filas largas se desahogan en pocos minutos.
Es la verdad, una cola de varios metros desaparece de un instante a otro cuando llega el transporte esperado.
¿Estamos mejor que hace seis años? Considerando que en el sexenio pasado no solo no se incorporaron más camiones urbanos, sino que se sacaron de circulación más de 6,000 vehículos, sí estamos muchísimo mejor.
Sin duda alguna.
El Bronco no construyó ni un solo metro al Metro y en estos años, con las Líneas 4 y 6, se duplica la red del Metro.
Es decir, le añaden más metros al Metro y eso es digno de señalarse.
Si se trataba de ponerse al corriente y de añadir mejoras al transporte público, hay que reconocerle el mérito a Samuel García y a su equipo de expertos, liderados por Hernán Villarreal.
Honor a quien honor merece.
Sin embargo, de nuevo se entromete la “agenda setting”, que quiere convencernos de que todo está patas arriba, de que los resultados de la gestión pública no tienen matices.
“Cuanto peor, mejor”, decía Trotsky, que soñaba con la explosión social.
La “agenda setting” intenta inducirnos a pensar que la salud pública en Nuevo León es un desastre, cuando contamos —como casi ningún otro estado— con cobertura universal y atención gratuita a menores con cáncer.
Por eso, más vale asumir nuestros propios criterios y forjarnos, sin prejuicios, nuestra propia opinión.
Las cosas como son.
Y nada como experimentar en cabeza propia, porque el que experimenta en cabeza ajena, se enajena.
La manipulación de la opinión pública con “agenda setting” la inventaron dos investigadores norteamericanos: Maxwell McCombs y Donald Shaw.
Eran muy inteligentes, pero también muy diablos.
Ahora se ha detonado esta manipulación gracias a las redes sociales.
¿Y quién la opera? Depende de cada país o de cada estado.
Pero a estos controladores sutiles de la agenda ciudadana se les denomina “spin doctors”, es decir, supuestos políticos o comunicadores hábiles que quieren torcer (“spin”) la percepción de los hechos sociales.
Hay un libro muy bueno que trata sobre estos asuntos y se titula: Los ingenieros del caos, el autor es Giuliano da Empoli.
Luego hay lectores que dicen que ellos solos descubrieron el libro y son expertos en este tipo de conceptos, y ni las gracias me dan por el tip. Ni modo.
No caigamos en manos de los ingenieros del caos.