Zedillo rompe el silencio debido a la destrucción de democracia en México
El ex presidente de México de 1994 al año 2000, dijo que lamentaba no poder estar físicamente en el Mexico Country Outlook 2026, escaparate en el que los empresarios y académicos mexicanos se miran en el espejo texano y se preguntan -entre canapé y canapé- si todavía hay país del otro lado del Río Bravo.
“Había prometido no hablar de política mexicana y hace poco más de un año me hubiera negado a dar esta conferencia", confesó el Dr. Zedillo.
¿Qué lo hizo romper el voto de silencio? Según él, la destrucción de la democracia mexicana. Nada menos.
En sus palabras: “En un país democrático, cuando llega un gobierno ineficiente, la democracia rectifica un error y le da el poder a nuevos actores políticos.”
Apesadumbrado, aunque sin perder la compostura académica de Yale, Don Ernesto explicó que su pesimismo no es gratuito.
Dijo que MORENA se propuso eliminar los contrapesos y -oh, sorpresa- lo consiguió.
“Al remover a todos los jueces federales que le estorbaban, pavimentó el camino para un régimen que busca quedarse para siempre.”
Alguien del público, con ese espíritu anglosajón que confunde la cortesía con la ingenuidad, le preguntó si veía una “tentación autoritaria”.
Zedillo sonrió con cansancio: “¿Tentación? Eso era con López Obrador. Hoy es la nueva realidad.”
Ya encarrerado, el último presidente del PRI del siglo XX añadió que, después de que le quitaron la pensión, el único privilegio que le quedaba era ser ciudadano de un país democrático. “Privilegio que ya perdí.”
Augura que la elección de 2027 será una elección de Estado, como lo fue la designación de jueces y magistrados.
Y remata con cierta tristeza lúcida:
“No le pido a nadie ser mártir o héroe, pero sí debemos ser fuertes y críticos.”
Y mientras lo escuchaba, no podía evitar recordar al maestro Germán Dehesa, que solía decir, con esa sabiduría que sabía a sobremesa:
“Los hechos que obligan a definirse son los que cuentan.”
