Los hechos son subversivos

Ernesto Pompeyo Cerda Serna DETONA® En tiempos de movimientos, inseguridad, protestas y violencia asesina, la acción y actitudes del poder presidencial deben alejarse de las pasiones, las incongruencias, las ensoñaciones, ya que estas se desbordan y crean escenarios incontrolables y funestos.
https://vimeo.com/1091444957
  • Subvierten las afirmaciones
  • tanto de líderes elegidos democráticamente
  • como de dictadores, de biógrafos y autobiógrafos,
  • de espías y héroes, de torturadores y posmodernos.
  • Subvierten las mentiras, las medias verdades,
  • los mitos; todos esos «discursos fáciles
  • que confortan a los hombres y mujeres crueles».

Se requiere que se hagan análisis de los hechos de manera objetiva, sin reduccionismos, dogmatismos o trivialismos, y descubrir si las acciones de los operadores encargados de resolverlos han sido competentes y si sus soluciones o arreglos son eficientes y eficaces.

El examen es tarea necesaria y urgente de la presidenta Sheinbaum: evaluar en los hechos si los trabajos encomendados a los funcionarios públicos fueron cumplidos, atendidos y resueltos de manera adecuada y si favorecen a los intereses del país.

No es la única responsabilidad de la presidenta, quizás para una mayoría no sea la más importante, pero sin duda es la primera.

Los hechos son las piedras y materiales con los que construimos nuestras rutas y accesos al análisis, y la presidenta debe basarse en estos.

Ocultar la verdad de los hechos, falsear la realidad, es una costumbre muy antigua en las sociedades humanas. Basta recordar que en 1651 murió el caudillo político–espiritual fundador de Bután, y sus ministros fingieron durante cincuenta y cuatro años que el gran Shabdrung seguía vivo, si bien en un retiro discreto, impartiendo órdenes en su nombre.

En la década de 1930, la humanidad padeció y se enfrentó a un enorme aparato totalitario de mentira organizada, con instrumentos tecnológicos atrasados, sobresaliendo dos sistemas de gobierno —alemán y ruso— que falseaban los hechos y creaban una realidad ficticia para mantenerse en el poder.

El 30 de enero de 1933, Hitler y el Partido Nacionalsocialista asumieron el poder por medio de métodos democráticos, poniendo fin a la República de Weimar.

Para alcanzar esta meta implementaron mecanismos de control de comunicación mediante censura, propaganda y represión: periódicos, revistas, libros, arte, teatro, música, cine y radio.

A partir de 1934 se volvió ilegal criticar al gobierno nazi. Incluso contar un chiste sobre Hitler se consideraba traición. En Alemania, las personas no podían decir ni escribir lo que desearan.

Es oportuno recordar a los que están hoy en el poder, por si lo olvidaron, la sencilla lección de para qué lado gira un tornillo: cuando gira a la derecha, oprime, y a la izquierda, libera.

Otro de los hechos ocultados fue la “aniquilación de los enemigos” en campos de concentración.

Los guardianes tenían una incitación directa al asesinato y cometían crímenes contra la humanidad.

El veredicto histórico establece que cuando la propaganda del odio se convierte en incitación del régimen o del Estado, termina en genocidio.

El grado de la mentira hacia el final de la guerra fue tal que en diciembre de 1944 anunciaban la victoria, cuando cinco meses después, el 7 de mayo de 1945, se rindieron incondicionalmente.

Otro país, la URSS, también vivió un régimen de terror y ocultamiento durante el estalinismo, caracterizado por:

  1. Antiintelectualismo basado en elitismo de partido e inmovilismo doctrinal.
  2. Nihilismo moral derivado del culto religioso al líder.
  3. Negación del individuo, de sus derechos civiles y humanos.
  4. Control total de radio, televisión y medios impresos.
  5. Persecución mediante campos Gulag.
  6. Criminalización sistemática del disenso, llamando “enemigos del pueblo” a los opositores.
Todo lo sólido se desvanece en el aire.

En ese tiempo, los habitantes de esos países no tenían fuentes alternativas de información.

Hoy existe acceso masivo a computadoras y teléfonos móviles.

Antes se decían mentiras incluso mayores, y también eran creídas.

En la actualidad, las fuentes de manipulación de los hechos deben buscarse en la frontera entre política, medios de comunicación y redes digitales.

Los regímenes han desarrollado recursos complejos para imponer un relato dominante.

Las técnicas de marketing político y los tecnólogos del poder desdibujan la línea entre realidad y realidad virtual.

Los regímenes autócratas tienen un dogma:
Si un número suficiente de personas se lo cree durante el tiempo suficiente, uno permanecerá en el poder… y una vez instalados concluyen: ¿Qué otra cosa importa?

​​​​​​Quien pretenda ser de la izquierda sin adjetivos debe hacer honor a sus compromisos:

a) Construir un Estado de bienestar.
b) Garantizar libertad, seguridad y derechos humanos.
c) Asegurar igualdad ante la justicia.
d) Impulsar igualdad de oportunidades.
e) Garantizar acceso universal a alimentación, educación, vivienda, empleo, pensiones, solidaridad social e internacionalismo.

Conviene recordar lo que decía Emiliano Zapata:
Si no hay justicia para el pueblo, que no haya paz para el gobierno.
https://vimeo.com/1115590494
https://vimeo.com/1115590526
https://vimeo.com/1015118818
Ernesto Pompeyo Cerda Serna

Correo: cerda999@hotmail.com Contador Público y Auditor. Socio del Despacho D. E. C.  y Miembro del Despacho Internacional PKF North American. Autor de los libros. Adiccionario Político. Kratologia. Literatura y Poder.