Mundo Jurásico: Dominio - Jurassic World: Dominion / EUA y Malta, 2022

Director: Colin Trevorrow. Guión: Emily Carmichael, Colin Trevorrow y Dereck Connolly. Actores: Chris Pratt, Bruce Dallas Howard, San Niel, Laura Dern, Jeff Goldblum. DOS ESTRELLAS.

Como mencioné en mi escrito de Mundo Jurásico, en su segunda parte "El Reino Caído", los estudios cinematográficos navegan la línea entre lo bueno, lo malo, lo arriesgado y lo de siempre con el fin de lograr taquilla, mucha taquilla.

Los productores de la serie Mundo Jurásico optan precisamente en "Mundo Jurásico: Dominio" en jugársela gacho, tirando todo el esquema de historia en pos de un filme de acción tipo video juego y medio recordando la línea del abuso de la tecnología en manos de gente ambiciosa.

En la tercera entrega, el mundo se ve invadido por dinosaurios y no se sabe si será el primer paso para que el ser humano pase a desaparecer, a favor de un nuevo orden.

Para salvar a la Tierra en escena, se reúnen todas las partes de la primera entrega de Parque Jurásico (Sam Neil, Laura Dern y Jeff Goldblum) y los mismos de la segunda: Chris Pratt, Bryce Dallas Howard e Isabella Sermon.

Ahora se supone que Lewis Dogson (Campbell Scott), un poderoso empresario que quiere controlar el poder genético tras el ADN de los dinosaurios presuntamente para ayudar a la Tierra y su población, pero lo que está logrando es todo lo contrario.

Por dos flancos contrarios, los miembros del elenco actual se enfrentan al empresario que quiere el secreto que esconde la genética de Maisie (Isabella Sermon), buscando rescatarla llegando al “santuario” construido para proteger a los dinosaurios y por otro los personajes originales que quieren poner al descubierto que nuestro mundo está en peligro por la manipulación genética de la empresa de Lewis Dogson.

La trama sigue siendo lo mismo: la maldad de quienes usan la tecnología en pos de que “el fin justifica los medios” y los personajes malvados que están cortados con la misma tijera.

Por ende, el “científico loco” que es Dogson parece un clon del empresario loco de "No Miren Arriba", de esos que dicen “voy a salvar a la humanidad… pero los voy a destruir en el proceso… pero voy a salvar a la humanidad”, igualito copia al carbón.

El director Colin Trevorrow regresa al mando en la tercera parte para sacarnos de la zona de confort y darle una vuelta al revés volteado de la fórmula, optando por una receta de cocina ya probada: la de "Rápidos y Furiosos", donde hay que llevar la historia por caminos exagerados a tal velocidad que nadie se va a dar cuenta de lo inverosímil de lo demás.

Por eso nos llevan a muchos rincones del mundo en un abrir y cerrar de ojos, para que igual en un abrir y cerrar de ojos todos se hacen bolas en el santuario llegando cada quien por su lado.

Además de que, y no es broma, "Godzilla V.S. Kong" elevó la vara de agarrones entre monstruos gigantescos. Por lo que se las ingenian por sacar dinosaurios prehistóricos mucho maá grandes que los vistos para que se den de mordidas y manotazos.

Jeff Goldblum ya había aparecido en el segundo Mundo Jurásico para recordarnos la maldad detrás de las buenas intenciones. Ahora, como parte del ensamble original, sale como el recurso para aligerar la trama que de por si flota en el aire por lo “light” que es.

Sam Niel y Laura Dern en pantalla, demuestran la calidad de los viejos veteranos, muy por encima de otros, al grado que les roban totalmente la saga a las actuales estrellas.

Y de nuevo la filosofía de aceptación y cooperación que puede llevar al mundo a que los dinosaurios se acoplen a nuestro sistema ecológico… mismo absurdo mensaje final a la par de "Godzilla, Rey de los Monstruos".

Mundo Jurásico: Dominio quiere cerrar como cerró la original, con grandiosidad, pero al contrario cierra con uno diciendo “por fin se acabó esto”.

Justo Elorduy Hevia

Nacido en 1958, año de estreno de El Puente Sobre el Río Kwai. Crítico de cine y por 34 años analista del género en el periódico El Norte. Amante de la magnificencia de la pantalla grande. Y no hay sustituto. Lo que se ve en la pantalla grande, se queda en la pantalla grande.