Nadie 2 (Nobody 2/ EUA, 2025)
Nadie 2 es de las secuelas mas anticipadas después de la sorpresiva película del 2021 con Bob Odenkirk interpretando al normal y tranquilo padre de familia cuyo secreto sale a la luz: Es un violento operativo, de los mejores asesinos que hay.
Ya retirado en plan de papá modelo que batalla con la familia, pero debiendo todo el dinero de los rusos que quemó en la primera parte, Hutch Mansell debe lograr una operación de a diario para quedar bien con los que cubrieron su “travesura”.
Hasta que dice “quiero vacaciones” y toda la familia se va a un paraje que papá Hutch recuerda como las mejores vacaciones de su vida con él a su vez padre (Christopher Lloyd) y su hermano Henry (RZA).
Obvio no va a pasar eso cuando resulta que el recuerdo de diversión se convierte en lo que todo mundo le dice que es él: imán de violencia y destrucción.
Recordando que Nadie viene de la mente de Dereck Kolstad, creador del universo de John Wick y en Nadie vimos el nacimiento de una nueva gama de folclóricos personajes fuera de lo común para un barrio suburbano.
Y en la nueva historia es del padre que por más que quiera no puede dejar su pasado atrás, menos ahora que se atravesó en el camino de la despiadada Lendina (Sharon Stone) de esas que son tan malas que mata a extras a diestra y siniestra a granel.
Todo suena muy bien, ver a Odenkirk repetir el rol que lo puso en primer plano luego de su paso por Better Call Saul y Breaking Bad, parece y se ve como una maquinita de nuevo puesta a andar.
Ahora vemos mas al Brady el hijo (Gage Munroe) que parece haber heredado el carácter del padre y la hija Sammy (Paisley Cadorath), vaya que si creció en 4 años e indirectamente vuelve a ser el detonante de la historia como en la primera.
Y obvio, le dieron un poco mas de espacio a la esposa Becca (Connie Nielsen) en plan de “a la larga la que manda soy yo”.
Pero no todo es felicidad, balazos y muertos.
El filme se mueve bien hasta cierto punto, la historia escrita de nueva cuenta por Kolstad es buena, pero esta segunda parte peca de ser eso, una segunda parte que por obligación debe ser exagerada por encima de la primera, más ruidosa y con un número de muertos más abundante.
Sharon Stone y su Lendina como villana como que baja el cero y no contiene. La pintan como extremadamente mala, mala, mala pero la verdad está mas como para decir “vi otra vez a Sharon Stone en el cine” mas que otra cosa.
Estamos viendo lo mismo de siempre, la receta de cocina de las secuelas en una fórmula que debió operar al 100%, pero en Hollywood el dinero manda antes que todo y eso arruina las películas de vez en cuando.
El resto del filme cumple con traer a viejos y conocidos y meterlos en problemas de nueva cuenta y no existe duda alguna que habrá una forma para salir adelante.
Y el final, claro, deja abierta la posibilidad de una tercera parte, ya establecida la familia, los personajes, una secuela más se puede realizar sin problema alguno.