¿Por qué es absurda la queja del dirigente estatal panista contra Samuel García?
Policarpo dice, muy orondo, que no se debería “dilapidar el recurso de los nuevoleoneses”.
¿Y a qué le llama Policarpo “dilapidar recursos”? Si se tomara la molestia, el dirigente panista, de leer bien el informe financiero del segundo trimestre del año 2025, se daría cuenta de que no se está dilapidando el dinero público, sino, al contrario, se le está sacando el mejor provecho.
Si la mayor parte de esa reasignación (más de $5,000 millones de pesos) se destinará a la construcción de las Líneas 4 y 6 del Metro, Policarpo se daría cuenta de que su airada queja pública es categóricamente ridícula.
Si el dirigente estatal del PAN supiera que, con esos recursos, se beneficiarán pulmones urbanos como el Parque del Agua, la rehabilitación integral del Parque Fundidora y los corredores verdes que tanta falta nos hacen, Policarpo comprendería, en seco, que sus dichos están fuera de lugar.
Si el líder panista cayera en la cuenta de que con ese recurso se hará de la Aduana Colombia la principal vía de acceso terrestre para los turistas norteamericanos que entren a México por Nuevo León, Policarpo entendería que más le valdría quedarse callado.
Si el dirigente estatal del PAN supiera algo de historia patria, aprendería que la Ciudad de México creció exponencialmente con los Juegos Olímpicos de 1968.
¿Por qué? Simple: con las Olimpiadas, el gobierno mexicano reasignó recursos para construir el Periférico y las grandes vialidades citadinas; el Palacio de los Deportes, el Estadio Olímpico y la Línea 1 del Metro (Zaragoza-Chapultepec), que hasta la fecha sigue funcionando.
Los grandes eventos deportivos conllevan la oportunidad de detonar el desarrollo urbano. Si esto no lo sabe Policarpo Flores y compañía, allá ellos y la oquedad de sus cabezas (lo decía el poeta Antonio Machado).