Siete Puntos
Ratzinger y Biden: Dos renuncias
El Padre Paco DETONA que siempre ha admirado a quienes saben renunciar a tiempo.
Jueves, 25 de julio de 2024, 10:13 A.M.
Benedicto XVI y Joe Biden. Enero 5-2022. Foto Archivo DETONA.
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1.
- Es muy gratificante realizar lo que nos gusta.
- El problema se presenta cuando ya no lo hacemos bien, y peor todavía cuando no reconocemos tal venida a menos.
- Por ello, siempre he admirado a quienes saben renunciar a tiempo, que cierran su ciclo en el momento justo, que dan un paso al costado cuando ya es necesario proceder.
- Con frecuencia asociado al paso de cronos, a la progresiva aparición de limitaciones y desaparición de facultades, a resultados ruinosos o a la búsqueda de nuevos retos, el retiro, cuando es voluntario, siempre será motivo de alabanza.
Biden. Archivo DETONA.
2.
- Hemos asistido a dos dimisiones de gran relevancia, por el indiscutible liderazgo que ocupan en el concierto internacional las respectivas instituciones a las que pertenecen:
- La de Benedicto XVI -Josep Ratzinger- al papado en 2013, y la de Joe Biden, el pasado domingo, a la candidatura del partido demócrata para contender nuevamente por la presidencia de los EUA.
- Aunque ambos son católicos, y pasaron de los 80 años en el momento de su cese hay, al menos, tres diferencias en la decisión tomada por los dos personajes. Veamos:
3.
- En primer lugar: la voluntariedad.
- Ratzinger asombró al mundo entero con su anuncio de jubilación, el 11 de febrero del 2013, que provenía de un profundo discernimiento personal.
- Nadie se lo esperaba, porque no hubo quien se lo sugiriera. No enfrentó presión alguna.
- Biden, en cambio, se animó sólo después de la insistencia en que lo hiciera tanto de familiares como de sus compañeros demócratas.
- El efecto disuasorio de su círculo más íntimo llegó solo después de que ya fuera insostenibe la candidatura.
- Aquel se fue por su propia voluntad, este tuvo que irse.
Ratzinger. Archivo DETONA.
4.
- Por otra parte, mientras Biden desiste de competir para continuar guiando a la nación más poderosa del mundo, que se ha convertido en la policía internacional, capaz de trasladar su peculiar concepción de la democracia a cualquier país de cualquier continente, Ratzinger encabezaba una institución que, al menos en teoría, no tiene ni al dinero, ni a las armas ni, por lo mismo, al poder, como norma de vida.
- Baste ver la posición teórico-práctica que ambos Estados, el Norteamericano y el Vaticano, tienen frente al fenómeno de la migración.
https://youtu.be/IKShvPvinzc
5.
- La tercera diferencia está en las facultades mentales de los dos.
- Biden acusó, en semanas previas, lapsus de confusión y desorientación, mareos y traspiés, olvidos y turbaciones.
- El peor espectáculo lo tuvo durante el debate con Trump organizado por la CNN, en el que tropezó en varias ocasiones frente a los ataques de su adversario.
- Ratzinger, aunque ya anciano a sus 86 años, proyectaba absoluta lucidez, con una memoria privilegiada, y sin dar los tristes espectáculos de salud que vimos en Juan Pablo II al final de sus días.
- Le faltaba fuerza física, pero no mental.
6.
- Las dos renuncias, entonces, tienen sus diferencias.
- Lo que sí les une es una constatación: tarde o temprano, todos tendremos que transitar por ese momento.
- El paso deltiempo es inexorable, y deberemos enfrentar, querámsolo o no, el tema del retiro.
- Ojalá tengamos la capacidad de aceptar nuestros deterioros, para dar vuelta a la página.
- Si no, que convoquemos a nuestros mejores amigos, merecedores de toda nuestra confianza, y a quienes asignemos la tarea de indicarnos cuando llegó el momento de colgar los spikes.
- Claro: lo difícil es que les hagamos caso.
Foto: DETONA
7. Cierre icónico.
- Osote, el que hicieron la próxima presidenta y su anunciado secretario de economía.
- Aunque este fue objeto de insultos y burlas por parte de Trump, la referencia al pobre IQ no se dirigía a él, sino a Biden.
- Si ya de por sí la relación con la próxima administración norteamericana -suponiendo el casi seguro triunfo del republicano- será sumamente delicada, enfrentarla desde una abrupta reacción no habla bien de la comunicación política que tendrá el segundo piso de la 4T.
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Las prisas son malas consejeras, y se acaba de demostrar una vez más.
Foto: DETONA
DETONA anda en buenas cabezas. Aquí, en la de don Rogelio Cabrera López, Arzobispo de Monterrey.
Grupo DETONA anda en buenas cabezas.