Rayados gana el Clásico a lo Vasco... y Tigres pierde a lo Piojo

Los Rayados de Monterrey se llevaron la edición 126 del Clásico Regio con un contundente triunfo de 2-0 sobre Tigres, el equipo de Miguel Herrera que se ”estrelló” con la buena defensa albiazul y hasta con el árbitro Fernando Hernández.

En los últimos minutos del partido, el uruguayo Nicolás López buscó una jugada individual para Tigres.

Y, justo al momento de querer eludir a un rival, “chocó” con el árbitro.

Esto dio pie a que el Monterrey hiciera el contragolpe definitivo y marcara el gol del triunfo, obra del argentino Matías Kranevitter.

Antes, en el primer tiempo, Rayados había anotado el 1-0 con gol de Alfonso ”Ponchito” González, quien marcó con la cabeza a pase de Maximiliano Meza.

De ahí en adelante, la manija del partido la tomaron los Tigres del “Piojo”, quienes no pudieron descifrar el buen “cerrojo” defensivo que aplicó el entrenador rayado Javier Aguirre, quien ganó “a lo Vasco”, con orden y garra.

André-Pierre Gignac, la estrella de Tigres, no pudo pesar en el encuentro, aunque estrelló un disparo en el travesaño que pudo significar el empate en el primer tiempo.

El otro francés, Florian Thauvin, estuvo más participativo, pero le anularon un gol por fuera de lugar. La realidad es que Tigres estuvo más cerca del empate en el primer tiempo que en el segundo, aunque también tuvo otra gran oportunidad cuando el delantero paraguayo, Carlos González, remató desviado.

Y aunque “El Piojo” metió toda la “carne en el asador”, al meter más jugadores ofensivos en la recta final del partido, Rayados se dedicó a defender.

Así, encontró el segundo con la ya descrita jugada en donde la mala suerte del “Diente” López y la obstrucción fortuita del árbitro desencadenaron el segundo gol del Monterrey.

Con el triunfo, Rayados llegó a 14 puntos, mientras que Tigres cayó al octavo lugar y se quedó en 13 unidades.

El triunfo también significó una prueba más superada para los Rayados de Aguirre, quienes clasificaron a la Final de la Concacaf y tenían la presión hasta el cuello, pero lograron salir adelante.