Y de inclusión, ¿cómo andamos?
Hoy 21 de marzo es el Día Mundial del Síndrome Down, un trastorno genético ocasionado cuando una división celular anormal produce material genético extra del cromosoma 21, lo cual se refleja en una discapacidad intelectual.
En el 201, la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas decretó este día para crear una mayor conciencia sobre la dignidad y el respeto de la sociedad hacia las personas que tienen este síndrome.
Como parte de la conmemoración de este día, se cuenta con la costumbre de vestir un par de calcetines diferentes porque tienen una forma parecida a los cromosomas, con el fin de mostrar que aceptamos la diferencia sin prejuicio.
No significa que solo el 21 de marzo pensemos en las personas con este síndrome, sino todos los días del año, pues son parte de la comunidad, con los mismos derechos, por lo que debemos trabajar para que tengan las mismas oportunidades, que busquen las vías para cumplir sus sueños.
Que vivan y disfruten la vida con pasión, con lo que les gusta hacer.
Resaltar la importancia de la autonomía e independencia individual de las personas con Síndrome de Down, que vivan con libertad para tomar sus propias decisiones.
Y de inclusión, ¿cómo andamos?
Aunque cada vez se habla más de la inclusión, del dicho al hecho hay mucho trecho..., ya que en los ambientes laborales, se requiere incluir más a personas con discapacidad, sin prejuicios y darles el beneficio de la duda sobre tareas en las que tienen gran capacidad para hacer.
La educación es uno de los pilares más importantes en su vida para lograr una vida plena, independiente y con oportunidades, y no precisamente en escuelas especiales, sino en escuelas regulares en donde también puedan lograr un lugar, sentirse pertenecidos.
TODOS, en cualquier situación, condición o circunstancia, necesitamos ese sentido de pertenencia, el sentirnos incluidos, queridos, importantes.
Es parte de la naturaleza humana.
Date la oportunidad de no juzgar, no dudar, no demeritar.
Descubrirás todas las maravillas que te pueden compartir, como una amistad sin condiciones, ese buen humor que los caracteriza, la sonrisa que contagia, las ganas de salir adelante sin importarles lo que piensen los demás, ser ellos mismos.
UN GRAN EJEMPLO PARA TODOS.
Todos somos diferentes.
Todos tenemos alguna discapacidad, talentos, fortalezas y debilidades.
Se trata de encontrar el complemento perfecto para generar una armonía en la sociedad, con el fin de apoyarnos unos a otros y navegar en el mismo barco para avanzar, ser exitosos, aprender, corregir, y sobre todo, contagiarnos amor y empatía.