“Gracias, cuídese”
Fue en los recesos de la larga audiencia del miércoles en que el juez Perrusquía lo vinculó a proceso por un segundo delito relacionado con el atentado en mi contra: asociación delictuosa.
Al término de la audiencia, cuando salíamos de la sala del Centro de Justicia del Reclusorio Norte, le pregunté a mi abogado Javier Esquinca si podía darle la mano, si al hacerlo no incurriría en una falta, cometería un error o pareciera que me burlaba por la resolución del juez.
Esquinca me dijo con su notable economía procesal: “Adelante”.
Las tres veces que pasé cerca de él encontré una mirada que me pareció cordial.
Creo que, como yo, comprende en dónde nos está acabando de colocar esta historia. Una psicóloga de culto me dijo hace tiempo, al analizar la foto de cuando lo detuvieron en California (octubre, 2023), que en su rostro resaltaban la falta de conciencia moral, el resentimiento, el cálculo, el cinismo. No sé, no lo sé.
Caminé unos seis metros.
- “Suerte en lo que venga, Armando”, le dije.
- “Gracias, Ciro, cuídese”, respondió dándome suavemente la mano.