SIN CENSURA

¿Cuál es el riesgo de poner a ciertos aspirantes a gobernador en NL?

Eloy Garza DETONA® Mi columna de ayer provocó un conflicto muy grave, a una escala que apenas se podría intuir. No me gusta escribir en primera persona, pero lo hago, precisamente, para no ser protagonista.
https://vimeo.com/1091599378

Hoy iba a analizar otras noticias, como la acusación del gobernador Samuel García al PRI, llamándolo corrupto, y sobre la posición del tesorero estatal Carlos Garza.

Pero el video viralizado ayer —que involucra a dos miembros del oficialismo— afectó la agenda temática. 

A raíz de ese video, del cual desconozco procedencia y destino, se me advirtió que los posibles afectados podrían recurrir a instancias legales, con lo cual se vuelve a confundir la capacidad de discernir entre lo verdadero y lo falso. 

Que se demande en Nuevo León a periodistas o analistas políticos no es raro.

Que se amenace con demandarlos si llegan a publicar ciertos temas, en un futuro próximo o lejano, sí es descaradamente absurdo, raya en lo ridículo.

Sobre todo porque la carrera para la gubernatura ya comenzó, algunos candidatos guardan cadáveres en el armario y varios serán señalados en diciembre por el Departamento de Estado de EUA y — ojo con lo que diré a continuación — por el FinCEN, que depende del Departamento del Tesoro de la administración Trump.

De ese tamaño es la inminente filtración. 

¿La culpa es de quien informa esto que vendrá, o de quien cometió el delito de vincularse con el crimen organizado? 
Me recuerda a la novela El Proceso, de Franz Kafka.

Al personaje se le detiene por nada, se le procesa por nada y es condenado a muerte por nada. 

Eso pasó ayer con mi columna.

¿Le voy a parar? no, en esta columna, el miedo no existe.

Lo que hice fue contactar en Nueva York al despacho de Ben Wizler, director legal de la Unión Americana de Libertades Civiles (ACLU) y del Centro para la Democracia, que litiga casos sobre libertad de expresión y privacidad tecnológica. 

Porque si, por un lado, pende sobre el periodista o analista político el lawfare —el uso faccioso de la ley para someterlos—, también late el riesgo de comenzar a ser espiado.

Por eso vivimos en la era de la vigilancia, donde casi se induce a la gente a dejar de pensar. Cualquiera puede ser víctima de esta canallada, solo por desempeñar correctamente la tan mancillada profesión de informar. 

Si yo difundo una información verificada y de interés público, no soy un delincuente, soy un informador.

Se confunde filtración con espionaje, ni modo, hay que recuperar nuestra capacidad periodística y ciudadana de juzgar.  

Lo primero que me recomendaron es que ya no ponga mi correo personal al final de la columna. 

Así que, en respuesta a tan amable recomendación, preciso públicamente que, por mi entera voluntad, me paso por el arco del triunfo a censores, autoritarios y represores. 

Mi correo personal es eloygarza1969@gmail.com 
https://vimeo.com/1115590494
https://vimeo.com/1115590526
https://vimeo.com/1015118818
Eloy Garza

Es abogado, maestro en Letras por la UNAM y máster en Tecnologías de la Información por la Universidad Oberta de Cataluña. Escribe para diversos medios de comunicación.