¿Cuáles son los verdaderos problemas en NL por los que protestan los transportistas en otros estados?
Aceptemos que las protestas de transportistas, aunque no se suscitaron en Nuevo León, guardan una bola de problemas complejos, además de las demandas por acabar con abusos en operativos viales, trabas burocráticas para licencias y placas, cobros legales excesivos y otras fregaderas.
Es práctica oscura, de la que nadie habla, que en la mayoría de los municipios los agentes les piden moche.
Si se entra a varios para transportar la carga, el moche se convierte en un porcentaje muy alto de pérdida.
Hay que reconocer que en algunos municipios esa práctica, gracias a alcaldes honestos —como Andrés Mijes en Escobedo—, no se da.
Pero casi ningún otro se salva, sea del partido que sea.
Esto sin contar el moche que piden las bandas delictivas que dominan ciertas zonas.
Habría que añadir los secuestros eventuales —que en algunas carreteras son un fenómeno sistemático— de la carga o del vehículo, a veces con todo y trailero.
Peor si se trata de carga fría: si el rescate tarda en negociarse, el producto se echa a perder, así de simple, la pérdida se vuelve millonaria.
¿Por qué, entonces, el trailero o troquero —como también se le dice— no toma el Anillo Periférico del Área Metropolitana de Monterrey? Por un lado, porque sale más caro, aunque ya se redujo 50% el pago de peaje, medida que está muy bien pensada.
Sin embargo, pagar peaje en tanta caseta, obliga a ya no llevar dinero en efectivo.
¿Y por qué algunos traileros prefieren llevar efectivo en las carreteras, si pueden evitarlo en las autopistas? Porque algunos —seguramente los menos, a decir verdad— se echan a la bolsa un dinerito extra que no reportan al patrón.
Los transportistas pierden mucho con estas prácticas ilícitas, la culpa no es de un partido político, sino de todos, es un nudo de problemas y de responsabilidades no asumidas.
Quién diga otra cosa, miente, la realidad es como es, aunque nos pese.
Posdata:
Agradezco la solidaridad de muchos colegas periodistas y analistas políticos con el autor de esta columna por los conatos de amenaza que he recibido de algunos personajes políticos.
En Nuevo León se está ejerciendo el periodismo como no se hace en casi ningún otro estado de nuestro país y, cuando se atenta contra un colega por su libertad de expresión, se atenta contra todos.