Fortaleza Ciudadana

Del río y sus efectos devastadores

Luis Gerardo Treviño DETONA aquí: Con tristeza veo que varias personas incurren en la fácil y cómoda postura de ser ecologista-ambientalista o subirse al carrito en temporada electoral.

La semana anterior hablé de los contrastes de la sequía a la inundación, dando espacio para que se pensara en lo que puede ocurrir cuando se presenten las lluvias que vienen con fenómenos hidrometeorológicos y que debemos prevenir.

Justo al tomar acciones para este efecto, han resultado muchas voces que puede considerarse que tienen alguna razón, pero hay que considerar varios factores importantes como lo son, en orden y prelación, la vida de las personas que aquí habitamos, la seguridad física de las personas, el patrimonio de los particulares y la infraestructura que da servicio a la comunidad que compartimos la ciudad. 

El día de ayer vi la excelente columna de opinión con datos duros de mi admirado amigo profesor, abogado e historiador Óscar Tamez, quien nos comenta números en altitud a considerar de la vocación del río.

Su columna se titula "Un bosque en el río", entre otras cosas nos menciona la pendiente o desnivel tan grande en el mencionado; muy respetable y fundada su opinión.

Con tristeza veo que varias personas incurren en la fácil y cómoda postura de ser ecologista-ambientalista o subirse al carrito en temporada electoral (no los veo haciendo algo por el medio ambiente pero sí criticando con singular alegría) contra la difícil postura de ser gobierno y asumir el costo político-mediático de una decisión responsable que vea por el genuino interés de la mayoría de la población, aun cuando parezca una contradicción.

Se sabe que todos los días se están plantando árboles y que se requieren muchos para mejorar la calidad del aire y que hagan sus servicios ambientales, pero hay que quitar los que están en un lugar donde hay peligro, esa parte no es fácil entender si no has vivido los efectos de una inundación o no has perdido a un ser querido, o has perdido tu patrimonio por estos motivos.

Evaluar los riesgos, como antecedentes tenemos recuerdo de los huracanes Gilberto, Emily, Alex y otros fenómenos hidrometeorológicos. Para ilustrar mi comentario le pedí a mi amigo de muchos años, compañero en el socorrismo y rescate, el comandante Guadalupe Palomares López que me escribiera una frase de su experiencia en este tipo de eventos como fueron estos huracanes, la que aquí pongo a su consideración:

“Sentimiento de impotencia viendo irse a un compañero que no sabes si regresará a casa, trataba de rescatar al prójimo”, sirva este momento para reconocer a los rescatistas caídos que ya no regresaron y que se los tragó el agua cuando quisieron salvar a otros que se metieron en forma accidental o negligente en las corrientes bravas de nuestros cuerpos de agua; que ellos descansen en paz.

Lo que se ha encontrado en el río ahora que ha crecido la hierba, árboles y fauna, también debe observarse que se ha convertido en refugio de personas, algunas que realizan actos fuera de la ley desde tener criaderos de perros y vaya usted a saber qué otros delitos, o si le buscan bien quizá se encuentren algunos de los desaparecidos.

Además, existen asentamientos humanos de migrantes y otras personas. Se ha concentrado basura, escombros y otros residuos que resultan de mayor impacto dañino en el ambiente de este río.

La responsabilidad de quien asume que es defensor de una causa, pero que pasa por alto el respeto a las personas y los bienes ajenos; me enteré que “alguien” para defender el río según ellos pusieron polvo blanco en los motores, aparentemente azúcar, y también rociaron de combustible las máquinas y colocaron un hilo como mecha para encender fuego a distancia.

Creo que hay que tener cuidado en cómo se promueven las acciones de protesta o de expresión de ideas, pues si bien algunas de estas manifestaciones de querer cuidar la vegetación pudieran tener algo de razón, el realizar actos de terrorismo no es muy ecológico.

En primer lugar, se viene a la mente que detrás de eso pueden estar los que le desean problemas al gobierno, ya sea federal, como en el caso le corresponde a Conagua decir qué se debe hacer en los ríos es de su competencia, y al estatal en lo que hace a la colaboración para cuidar la seguridad de las personas con los argumentos que ya expliqué en esta columna.

En mi experiencia personal de haber sido afectado en el patrimonio familiar, lo más importante es el trauma vivido por mi familia cuando iban viendo que el nivel de agua dentro de nuestra vivienda subía, en la calle era imposible transitar, los vehículos de la cochera se movían como si no pesaran en el agua, al final cuando bajó la cantidad del agua y se pudo revisar los efectos del daño directo, te encuentras con que en tu casa tus activos o menaje se afectó por agua y lodo, que recibiste la ayuda de familia, amigos para poder tener condiciones de poder habitar tu propia casa y que el deterioro patrimonial fue importante.

Cuando escuchas hablar a alguien de que “no pasa nada con las venidas de agua”, te provoca un sentimiento de que ojalá no le toque vivirlo en su propia casa, pues es algo que no se le desea a nadie. 

Después de ver mis argumentos, les pregunto:

¿Quién se anima a firmar una responsiva para atender las reclamaciones de los posibles efectos sobre la vida de las personas y el patrimonio particular y público?
Luis Gerardo Treviño García

Es director Intersectorial de la Secretaría del Medio Ambiente del gobierno de Nuevo León. Abogado egresado de la FD y C de la U.A.N.L. Ha sido Presidente de Vertebra, N.L., actualmente Presidente de Fortaleza Ciudadana, miembro del Primer Comité de Selección del Sistema Estatal Anticorrupción, ex Segundo Concejal Sindico del Concejo Municipal 2018. Miembro de diversos Consejos. Instituto de la Defensoría Publica, Folapac, Junta de Movilidad del Municipio de Escobedo, Consejo de Movilidad Segura del Municipio de Escobedo.