Desafiantes - Challengers / EUA, 2024

Director: Luca Guadagnino. Guion: Justin Kuritzkes. Actores: Mike Faist, Patrick Zweig y Zendaya. DOS ESTRELLAS Y MEDIA.

Dos amigos, separados en la juventud por el amor a una mujer, se reencuentran en un juego de tenis donde el futuro de ambos quedará escrito.

El resumen de la historia es simple y tal cual son dos eternos amigos Art y Josh (Mike Faist y Patrick Zweig) que vivieron un momento de su amistad que los separó y el momento es cuando conocen a Tashi (Zendaya), una tenista fenómeno.

El filme dirigido por Luca Guadagnino (Suspira, Hasta los Huesos, Llámame por tu Nombre) es una tragedia de amor estructurada como un juego de tenis, de un lado para otro, con años de por medio, como set y juegos donde poco a poco se va llegando al match point.

La idea estructural es interesante porque se conoce que ha sucedido en la vida de ellos y como Tashi ha sido artífice de cambios en su amistad y destino como grandes tenistas.

La relación de Art con Tashi lo ha convertido en un gran campeón, mientas que Josh se ha convertido en un “ya merito” de los de abajo que sobrevive de migajas y galanear con mujeres que conoce en Tinder para usarlas para comida y hospedaje.

Hay un par de problemas grandes en la historia y es que a todas luces la chica Tash a como es presentada en la historia, es una desgraciada de primera que claramente dice que no tiene que ser recíproca del amor de uno o ambos jóvenes.

De hecho, la historia es de ambos y el personaje de Tash aparece un cierto mínimo primero como adolescente fenómeno (Zendaya no tiene el cuerpo de tenista y se le nota en brazos y espalda) y luego, como la tenista que no pudo ser, usa a Josh como “avatar” para lograr ser ella la que va a estar en la cima.

Me da la impresión que es la moda de Hollywood: que las mujeres no pueden ser villanas, ni malas.

Nada más que aquí no hay por dónde, ella es la personificación de la hipocresía, y la historia minimiza totalmente el punto.

La relación de ellos es natural y bien presentada en pantalla (claro que siendo el director Guadagnino, el “innuendo” gay debe estar incómodamente presente) y claro que la fascinación que tienen Josh y Art con ella convierte su amistad en una relación tóxica total.

A la larga, es la relación de ellos con Tash como catalizador y la finalidad de la película se revela en el mero último segundo y ya por fin se entiende que se trata de recuperar lo perdido por culpa de terceros.

La historia la pinta que a la larga es una desgraciada manipuladora, pero cada vez que parece serlo, se frena la idea con ella rompiendo en lágrimas “no soy así”.

De hecho, el afán de tapar que es la mala de la película se viene abajo por todas las veces que le es infiel a Josh de un lado de la cancha o a Art, que está del otro lado.

Aquí aplico el axioma y receta de cocina acuñada por Homero Hinojosa, amigo y director editorial de El Norte hace muchos años: Sé infiel, pide perdón y todo saldrá bien.

Literalmente eso es lo que sucede en la trama.

El tenis, como un medio de contar una historia, tiene un estilo fuerte, pero luego tanto brinco se hace confuso y hay un momento donde uno dice “les está pasando por mensos”.

Pero no es eso, la historia se va, por otro lado, cuando se revelan facetas de ellos y ahí sí surgen ciertos puntos interesantes.

Sonará muy extraño, pero somos varios los que coincidimos que Desafiantes es una versión de Y Tu Mamá También, en lugar de ser un “road trip” de dos chavos y una mujer, el viaje de autodescubrimiento es un vasto juego de tenis, con todo y tríos tóxicos como Cegados por el Sol (A Bigger Splash, 2015) del mismo director Guadagnino y el drama romántico y tenístico de La Provocación (Match Point, 2005) de Woody Allen.

El otro lado es que Desafiantes llega a verse como una de esas series mexicanas o españoles que se ven en streaming que tienen relaciones tóxicas, intriga, sexo y finales extraños.

Aquí no hay saque “ace” donde se arrase desde la primera bola. Aquí por un pelo Desafiantes comete una doble falta para perder en pleno juego, set y match.

TE DEJAMOS EL TRAILER:
Justo Elorduy Hevia

Nacido en 1958, año de estreno de El Puente Sobre el Río Kwai. Crítico de cine y por 34 años analista del género en el periódico El Norte. Amante de la magnificencia de la pantalla grande. Y no hay sustituto. Lo que se ve en la pantalla grande, se queda en la pantalla grande.