“Guerra Fría 2.0” o “Conflicto Tibio 1.0”
La semana anterior se cumplió un año del conflicto entre Rusia y Ucrania.
Destacaron además en la misma semana tres declaraciones por parte de los Presidentes de EUA, Rusia, y China -en ese orden-.
El Presidente Joe Biden realizó una visita sorpresa a Ucrania y posteriormente a Polonia. En sus discursos refrendó la unidad de la OTAN y el continuo apoyo para defender a Ucrania, y combatir a Rusia de ser necesario; describió la provisión de equipamiento a Ucrania (e.g. tanques, vehículos armados, misiles, radares, sistemas de defensa) y se comprometió a entregar $460 millones de dólares adicionales para artillería.
- Anunció que habrá nuevas sanciones contra élites y empresas rusas
- Celebró la acelerada integración de Suecia y Finlandia a la OTAN
- Reclamó que Rusia haya utilizado la restricción de energéticos como arma económica, y de causar una crisis alimentaria
- Culpó a Rusia de iniciar una guerra que también puede finalizar si así lo desea, y dirigió un mensaje a los “autócratas”, los cuales deben “entender una sola palabra: no, no, no”.
Al siguiente día, el Presidente de Rusia, Vladimir Putin, llevó a cabo su mensaje a la nación.
En su discurso argumentó que la razón del conflicto en Ucrania es para mantener la seguridad de Rusia, ya que los países del “Oeste” -es decir EUA y aliados-, son los culpables que lo provocaron al acercarse cada vez más a su frontera, amenazando con establecer armamento cerca de su país, y creando situaciones de conflicto.
Añadió que EUA es el país con más bases militares en países extranjeros y que no respetan tratados armamentistas.
Refirió que en diciembre pasado la OTAN rechazó las propuestas de paz de Rusia, y reclamó que desean convertir un conflicto local en una confrontación mundial, además de padecer una “Rusofobia”.
Advirtió que, si los países del Oeste continúan facilitando armamento y apoyando a Ucrania, Rusia seguirá empujando esta amenaza fuera de sus fronteras. Precisó que las sanciones y esfuerzos por desestabilizarlos no han surtido efecto, sino que, por el contrario, han afectado a sus propias industrias y sociedad. Adicionalmente, Rusia ha decidido por lo pronto suspender su participación en el tratado nuclear con EUA (i.e. “START”), sin retirarse aún completamente.
Finalmente, China, bajo las indicaciones de su Presidente, Xi Jinping, publicó un “plan de paz” para el conflicto entre Rusia y Ucrania, donde se reiteraba respetar la soberanía de los países, cesar hostilidades y sanciones unilaterales, retomar negociaciones de paz, y abandonar la mentalidad de “Guerra Fría”, entre otros aspectos.
Mi análisis y prospectiva:
Los discursos públicos de los mandatarios estadounidense y ruso, con amenazas directas e indirectas, han suplantado las discusiones bilaterales en privado.
Refrendaron sus amenazas de escalamiento de ser necesario, y excluyen aún la posibilidad de pronta negociación al no existir posturas de potencial común acuerdo. Esto derivaría en la postergación indefinida del conflicto, en una continua batalla de desgaste y persistencia entre los países involucrados. De ser el caso, existe una alta probabilidad que el conflicto derive en enfrentamientos asimétricos indirectos, como por ejemplo, incremento de los ciberataques en naciones de los distintos bloques, ataques por parte de grupos radicales armados, o inclusive “guerras proxy”, es decir, el enfrentamiento entre terceros como sustitutos, para evitar un combate directo entre los principales contrincantes.
China procura proyectar neutralidad en el conflicto, mas pretende posicionarse públicamente como intermediario de negociaciones y posibles soluciones.
Hasta el momento no existe claridad en quién pueda resultar vencedor o perdedor del conflicto, mas continúa dividiendo a las potencias del mundo, provocando la creación de bloques de alianzas militares antagónicos, ambos con potencial nuclear.
El posible rompimiento del tratado armamentista entre EUA y Rusia, amenaza la aparente paz nuclear que se mantuvo por décadas, incrementando el riesgo de un potencial conflicto en el que nadie ganaría, y todos perderíamos. Quizá se esté experimentando el inicio de una “Guerra Fría 2.0”, o al menos, de una especie de “Conflicto Tibio 1.0” en sectores y zonas específicos -en este caso Rusia y Ucrania-, al mismo tiempo que se mantiene una continuidad de cooperación para ciertos aspectos, como por ejemplo el intercambio comercial, para evitar afectar significativamente las economías de las potencias globales.