Hablando claro

Imaginar un segundo mandato consecutivo de MORENA con el ahora Secretario de Gobernación, resultaría el suicidio lingüístico.

Nos preocupa la verborrea. El cantinflear. Los eufemismos y hasta las groserías.

Por años hemos padecido la pobreza del lenguaje.

En el poder se colaron rancheros grotescos. Sombrerudos sin mas educación a la campirana.

También en la urbe la altisonancia. En las cámaras de diputados locales y en la federal, la pobreza de la discusión en sus turnos al micrófono. Los senadores solo les hace falta maquillaje de circo. Con el perdón de quienes entretienen en esos espacios humildes y de buen sentir.

En cada una de las intervenciones de los tabasqueños Adán López, Secretario de Gobernación y de Andrés Manuel López, presidente de México, pasamos del desdén a la indiferencia.

Ambas intervenciones confunden a los interlocutores.

Afirman, niegan y se contradicen en el mismo apartado. Se le deben dar retroceso a las cintas de audio o de video, para tratar de captar el espíritu del enunciado.

Resulta trágico como los tabasqueños, con el perdón de los oriundos del estado y del finado poeta Carlos Pellicer, el tremendismo de incompetencia verbal de sus coetáneos.

Andrés pontificia en las mañaneras. Adán es inentendible. Imaginar un segundo mandato consecutivo de MORENA con el ahora Secretario de Gobernación, resultaría el suicidio lingüístico.

Preferiríamos, sin la necesidad de la grosería o el chiste inadecuado, las clases de dicción de un histrión.

Eso, y robar poquito.

Gerson Gómez

Morelense de cepa Regiomontana. LCC con especialidad periodismo (UANL). Doctor en Artes y Humanidades (I.C.A.H.M.). Tránsfuga de la mesa de redacción en diferentes periódicos como El Diario de Monterrey, Tribuna de Monterrey, y del grupo Reforma en el matutino Metro y vespertino El Sol. Escort de rockeros, cumbiamberos, vallenatos y aprendices al mundo de la farándula. Asiste o asistía regularmente a conciertos, salas de baile, lupanares, premieres, partidos de fútbol y hasta al culto dominical. Le teme al cosmos, al SAT, a la vejez y a la escasez de bebidas etílicas. Practica con regularidad el ghosting. Autor de varios libros de crónica como Hemisferio de las Estaciones, Crónicas Perdidas, Montehell, Turista del Apocalipsis, Monterrey Pop y Prêt-à-porter: crónicas a la medida.