Huachicol del obradorato: la conjura
La gigantesca red de huachicol que creció al amparo del sexenio pasado confirma una vez más que López Obrador fue el arquitecto de un gobierno criminal, que gobernó con criminales y para criminales.
El vicealmirante Manuel Roberto Farías Laguna, detenido por encabezar la red para traficar combustible, es el rostro, pero no el cerebro de un crimen urdido –en los más altos niveles del oficialismo– contra la nación.
Una conspiración, encabezada por el mismo Presidente de la República, para destruir la democracia y alterar el destino de México.
López Obrador hizo del ex secretario de Marina, Rafael Ojeda, su principal aliado y este a su vez eligió a dos sobrinos para operar una oscura maquinaria delictiva que permitió a la 4T obtener ganancias multimillonarias.
Dinero para financiar las campañas de Morena, ganar elecciones y garantizar vida eterna al obradorato, se permitió la entrada –sin cobro de impuestos– de millones de litros de combustible para crear un “mercado negro” y llenar los bolsillos de un grupo y un partido que se resisten a dejar el poder.
No se trata de un delito aislado.
El gigantesco entramado criminal involucra no solo a dos o tres marinos, no solo a dos o tres funcionarios sino al Estado mexicano completo.
Altos funcionarios de aduanas, gobernadores, legisladores, miembros del gabinete, presidentes municipales, elementos de la Guardia Nacional, del Ejército, transportistas, gasolineros, cárteles del crimen organizado y por su puesto un ex Presidente de la República, forman parte de una conjura.
Los hermanos Farías eran meros ejecutantes de una mega operación capaz de cerrar las aduanas de los puertos durante una hora –sin que autoridad alguna se opusiera– para descargar millones de litros de diésel ilícito en más de 300 pipas formadas a la luz del día.
En esos mismos buque tanques iban cajas de armas de alto calibre destinadas a grupos criminales, este dato agrega un dato inédito: López Obrador no solo se negó a combatir a los cárteles, sino que utilizó un esquema clandestino para que se armaran, crecieran y fortalecieran. Queda por saber con qué fin.
Gobierno y empresarios coludidos se asociaron con un solo objetivo: financiar a un régimen que necesita mantener secuestrados a la Presidencia de la República, al Congreso y la mayoría de las gubernaturas por más de 20 años para “atornillarse en el poder”.
El empresario Horacio García Rojas, socio y amigo de Sergio Carmona, “El Rey del Huachicol”, lo dijo con toda claridad en 2024: Hoy el modelo de negocios es invertir en las campañas políticas de Morena. El éxito electoral del partido en el poder sólo se explica por el dinero ilegal que recibe.
Esto significa que todas y cada una de las elecciones que ganó Morena durante el sexenio de López Obrador fueron con dinero sucio. Que gobernadores, diputados y la misma Presidencia de la República de Sheinbaum provienen del “voto huachicol”.
Con huachicol, López Obrador construyó una economía criminal paralela para instaurar una dictadura.
El gobierno de Sheinbaum enfrenta el desafío de investigar y castigar a los autores intelectuales de una conjura contra la República.
¿Hasta dónde podrá o querrá llegar Sheinbaum? Su misma sobrevivencia política podría estar en juego.