Opinión

Un escándalo artístico

Emma Molina DETONA® En 1993, a dos años de su exitosa inauguración, el Museo de Arte Contemporáneo de Monterrey (MARCO) acogió una presentación y un cóctel privado de la prestigiosa casa de subastas Christie's.
https://vimeo.com/1091496933
El objetivo era promover su venta de invierno de arte latinoamericano en Nueva York, con la intención de captar el interés del creciente mercado mexicano, entusiasmado con un momento económico de gran optimismo. 

Entre las obras exhibidas destacaba un cuadro atribuido a Fernando Botero. 

La pieza gustó de inmediato, pues Botero siempre ha sido un artista atractivo. 

Sin embargo, el escándalo estalló cuando se publicó el catálogo con la pintura de Botero en portada. 

Fernando Botero, quien entonces vivía, contactó directamente a Christie's con una molesta (imagino) aclaración:

"Esa obra no es mía, no realicé esa pintura".

Ante semejante error, la casa de subastas solicitó la renuncia de Liza Palmer, dedicada directora de Christie's, y retiró la pieza de la subasta (por cierto, es frecuente que se retiren piezas).

La historia completa sobre quién puso a la venta el cuadro y cómo eludió los controles institucionales da para varios capítulos que contaré en otra ocasión. 

¿Por qué lo menciono?

La inclinación a copiar o imitar ha existido siempre en la historia, es parte de la naturaleza humana.

Sin embargo, desde el momento en que el arte se convirtió en mercado, la forma en que surgen los falsos es realmente alarmante, y nosotros somos sus principales víctimas: un mundo de desconfianza no ayuda en nada.

Hoy, sin embargo, veo una posible solución.

Quizá tomará tiempo, pero las copias fraudulentas —intencionadas o no— están llegando a su fin.

Gracias a la tecnología blockchain, será posible verificar la autenticidad y el historial completo de una obra de arte, haciendo prácticamente imposible que casos como estos y otros miles se repitan. 

Blockchain: el guardián digital del arte y la transparencia 

El blockchain está transformando el mundo del arte al registrar permanentemente el historial de propiedad de cada obra, garantizando su autenticidad y previniendo su desaparición o falsificación.

Esta tecnología, formalizada en 2008 por Satoshi Nakamoto en su documento y sistema Bitcoin: A Peer-to-Peer Electronic Cash System, ofrece un sistema descentralizado e inmutable que no solo protege el legado artístico, sino que también se consolida como una herramienta poderosa contra la corrupción gubernamental y corporativa. 

El documento de Nakamoto describe el blockchain como un sistema donde las transacciones quedan registradas en una cadena de bloques verificada por una red global de computadoras sin intermediarios.

Cada bloque contiene información (como la venta de una pintura, escultura o fotografía) enlazada criptográficamente, creando un historial inalterable.

En el ámbito artístico, esto permite documentar cada cambio de propietario con detalles como la fecha, el comprador y el vendedor, generando un "pasaporte digital" único para cada pieza. 

Imaginemos una pintura vendida en México en 2025 y revendida en Japón en 2030: cada transacción quedará documentada, asegurando que la obra no se pierda ni sea sustituida por una falsificación.

Antes, obras de artistas como Frida Kahlo podían ser fácilmente falsificadas debido a registros poco transparentes; ahora, el blockchain garantiza que la legitimidad de cada pieza quede fuera de toda duda.

Más allá del arte: un arma contra la corrupción 

Más allá del mundo artístico, el blockchain de Nakamoto representa una herramienta fundamental para prevenir la corrupción en los sectores público y privado.

Los registros públicos —presupuestos, contratos, licitaciones— pueden almacenarse en el blockchain, permitiendo a los ciudadanos auditar cada peso gastado en tiempo real. Estonia, por ejemplo, utiliza blockchain para registros de salud y votaciones, reduciendo significativamente el fraude. 

En el sector privado, donde empresas corruptas manipulan registros de ventas o inventarios, el blockchain los vuelve transparentes e inmutables, eliminando posibilidades de desvíos o fraudes.

Las criptomonedas, construidas sobre esta tecnología, desafían los sistemas tradicionales al eliminar intermediarios opacos, como casas de bolsa u otros que ocultan transacciones, o gobiernos que manipulan información. 

El blockchain de Nakamoto, nacido en 2008, no solo protege el patrimonio artístico, sino que transforma radicalmente la confianza en las instituciones al prevenir la corrupción mediante registros permanentes, verificables y accesibles para todos.
https://vimeo.com/1115590494
https://vimeo.com/1115590526
https://vimeo.com/1015118818