Jueces con grilletes y periodistas con bozal
Necesita juzgadores a su servicio para procesar a los enemigos del régimen y periodistas dispuestos a callar para ocultar la corrupción del oficialismo.
El proyecto político autoritario prepara el golpe final a la democracia mexicana.
A través de una elección judicial descaradamente fraudulenta logró hacer ganar a jueces, ministros y magistrados aliados al obradorato.
Ya enterraron la independencia judicial.
Ahora van contra la libertad de expresión para tener el control absoluto del poder y convertirse de una vez por todas en una dictadura.
López Obrador tuvo dos sueños: destruirel sistema de justicia y acabar con el sistema de medios de comunicación en el país.
Ya logró su primero objetivo. Falta el otro.
La reforma judicial y la reforma a la Ley de Telecomunicaciones o “Ley Censura” tienen fines idénticos: permitir al gobierno intervenir para poner bajo su control –en un caso– la justicia y en el otro, la libertad de expresión.
El gobierno inventó un Tribunal de Disciplina Judicial para castigar a aquellos jueces y magistrados cuyas sentencias no vayan de acuerdo a los intereses del régimen.
Crearon una instancia inquisitorial -superior a la Corte- para coaccionar a todo juzgador que se salga del redil trazado por el morenísmo.
En el caso de Ley de Telecomunicaciones o “Ley Censura” se crea una Agencia de Transformación Digital y Telecomunicaciones que operará como el gran censor para controlar contenidos, dar o quitar concesiones o bloquear plataformas digitales.
Los gobernadores de Morena con aires mussolinianos –Alejandro Armenta de Puebla y Layda Sansores de Campeche– han comenzado a replicar la ley para callar –todavía más– a la prensa en los estados que gobiernan.
La libertad de expresión en provincia puede morir de manera definitiva.
Ya no solo será víctima –como ahora– del crimen organizado sino también de mandatarios caciques que muchas veces piden a la delincuencia asesinar a periodistas críticos.
Una de las herencias que recibió Sheinbaum de su jefe fue terminar de destruir el modelo de comunicación existente.
La “Mañanera” forma parte de ese nuevo modelo.
Jesús Ramírez Cuevas, vocero de López Obrador, lo sintetizó en una frase: “Se acabó la subordinación del presidente con los medios”.
La traducción es la siguiente: Se instaura una “tiranía informativa”.
El presidente o la presidenta son los únicos dueños de la verdad.
El régimen de la 4T no necesita de los medios porque tiene relación directa con el “pueblo” a través de las “mañaneras” y las redes sociales.
Redes sociales que ahora quieren censurar y que presidencia ha utilizado para insultar, difamar e injuriar a sus críticos.
Si alguien debe ser acusado de “ciberacoso” son los “sicarios digitales” que usa el gobierno para disparar vulgaridades contra quienes denuncian la podredumbre del obradorato.
Así como López Obrador calificó a ministros y jueces de corruptos para justificar el fin de la independencia judicial, así también culpó a los medios y periodistas de recibir sobornos para crear medios paralelos con seudo periodistas alineados al régimen.
La jueces y periodistas honestos son únicamente los impuestos por la 4T.
No importa que a la defensora del Chapo Guzmán la conviertan en juez y tampoco que en las “mañaneras” se paguen a reporteros para hacer preguntas cómodas a la presidenta.
El gobierno de Sheinbaum ya logró meter en una jaula al Poder Judicial.
Ya le puso cadenas a la justicia.
Ahora van por los medios y los periodistas.
La sobrevivencia del régimen pasa por matar a la prensa.