Los datos: competitividad en la nueva economía

Javier Treviño DETONA® El análisis de datos permite a las empresas convertir la complejidad en claridad. Pero no basta con acumular información: hay que saber organizarse mejor en torno a ella.
https://vimeo.com/1091444957

Invisible, omnipresente y esencial, la analítica de datos masivos está redibujando las reglas del juego económico.

En un entorno donde la intuición ya no basta y la velocidad de respuesta define la supervivencia, los datos no son solo una ventaja: son el nuevo lenguaje de la estrategia empresarial.

Cada transacción digital, cada búsqueda en línea, cada interacción con un sensor o dispositivo conectado genera rastros de información, el reto para las empresas no radica en acumular datos, sino en transformarlos en inteligencia que guíe sus decisiones.

La analítica de datos masivos (“big data analytics”) se ha convertido en el motor de la competitividad, permite descubrir patrones que la intuición no detecta, anticipar tendencias de consumo, optimizar operaciones y diseñar modelos de negocio disruptivos.

En un mundo saturado de incertidumbre, las compañías que convierten la complejidad en claridad logran prosperar.

El valor estratégico de la analítica

 

La utilidad de los datos trasciende la mera eficiencia; constituye un nuevo lenguaje para pensar la estrategia empresarial, su valor se expresa en al menos cuatro dimensiones.

Conocimiento profundo del cliente. Netflix analiza hábitos de visualización para recomendar contenidos y producir series originales, anticipando demandas culturales antes de que el público las formule.

Eficiencia operativa. UPS optimiza rutas de entrega con algoritmos que ahorran millones en combustible y reducen tiempos de tránsito.

Gestión de riesgos. Bancos y aseguradoras emplean modelos basados en “big data” para detectar fraudes en tiempo real o evaluar con mayor precisión la solvencia de un cliente.

Innovación y nuevos modelos. Amazon debe el 35% de sus ventas a su motor de recomendaciones, mientras que Tesla alimenta su proyecto de conducción autónoma con miles de millones de kilómetros de datos recogidos por sus vehículos.

Plataformas que construyen la infraestructura de datos

Varias compañías se han especializado en ofrecer a otras las herramientas necesarias para integrar, analizar y extraer valor de “datasets” masivos y heterogéneos.

Snowflake. Pionera en almacenamiento de datos en la nube. Su arquitectura separa almacenamiento de cómputo, lo que permite a sus clientes, como Capital One, manejar información dispersa y crear una “fuente única de verdad” para personalizar servicios bancarios.

Databricks. Con su modelo “lakehouse”, combina flexibilidad de lagos de datos con la potencia analítica de un almacén. Shell lo usa para predecir fallas en equipos industriales, y Comcast para mejorar la calidad del “streaming” en tiempo real.

Palantir Technologies. Nacida en el ámbito de defensa, hoy ofrece sus plataformas Gotham y Foundry a gobiernos y corporaciones. Airbus las utiliza para gestionar cadenas de suministro complejas; varios países recurrieron a Palantir durante la pandemia para coordinar la distribución de vacunas.

Splunk. Especializada en datos de máquinas, “logs” y transacciones digitales, es clave en ciberseguridad y operaciones de TI. Domino’s Pizza lo emplea para analizar pedidos en tiempo real y mejorar la experiencia del cliente.

Tableau (Salesforce) y Power BI (Microsoft). Democratizan el acceso a la analítica mediante visualizaciones intuitivas. Coca-Cola Bottling usa Power BI para dar a sus gerentes de planta visibilidad inmediata de métricas de producción y logística.

Estas plataformas no son accesorios; constituyen la infraestructura crítica del capitalismo digital.

Gigantes impulsados por datos

Amazon. La máquina de personalización, convierte cada clic en información procesable. Su motor de recomendaciones no solo incrementa ventas, sino que orienta decisiones estratégicas de inventario y logística. Además, Amazon Web Services (AWS) se ha transformado en el proveedor global de infraestructura de datos para miles de empresas.

Netflix. Creatividad guiada por algoritmos. Lejos de ser una amenaza para el arte, los datos en Netflix sirven como brújula creativa, el análisis detallado de patrones de consumo permite invertir en contenidos con altas probabilidades de éxito.

La ciencia de datos se convierte en aliada de la intuición artística.

Tesla. Movilidad como ecosistema de datos, no compite únicamente por fabricar autos eléctricos, sino por crear un cerebro colectivo nutrido por los sensores de millones de vehículos.

Cada kilómetro recorrido alimenta algoritmos que mejoran la conducción autónoma.

Cómo organizarse para aprovechar los datos

La tecnología es condición necesaria, pero no suficiente, muchas empresas fracasan no por falta de herramientas, sino por deficiencias organizativas. ¿Qué prácticas permiten extraer el máximo valor de la analítica?

Equipos interfuncionales. Integrar científicos de datos con mercadólogos, ingenieros y responsables de producto garantiza que la analítica responda a necesidades reales y no se convierta en ejercicio aislado.

Gobernanza y confianza. Sin reglas claras, los datos se vuelven un riesgo, marcos sólidos de calidad, privacidad y cumplimiento normativo son indispensables, como lo muestra Mastercard en su equilibrio entre innovación y seguridad.

Democratización de insights. Los datos deben llegar a todos los niveles. Starbucks dota a sus gerentes locales de tableros con tendencias de ventas para tomar decisiones rápidas y personalizadas.

Formación y alfabetización. La cultura organizacional debe ser “data driven”. Amazon invierte en capacitar a empleados no técnicos para que comprendan y usen información en sus decisiones cotidianas.

Agilidad y experimentación. La analítica prospera en entornos que valoran la iteración. Google ha convertido las pruebas A/B en rutina: cada función se experimenta, se mide y se ajusta con base en resultados.

El futuro de la analítica de datos masivos

El horizonte se define por cinco grandes tendencias:

Analítica potenciada por IA. Algoritmos capaces de identificar patrones invisibles para humanos. La interfaz evolucionará: en lugar de “dashboards”, los ejecutivos conversarán con asistentes de IA que sugieran decisiones contextuales.

Tiempo real y edge computing. Con 5G e IoT, la distancia entre dato y acción se acortará. Flotas logísticas podrán reconfigurar rutas al instante según clima o tráfico.

Ecosistemas de datos compartidos. La colaboración entre empresas será clave, en salud, farmacéuticas podrían compartir datos de ensayos clínicos para acelerar descubrimientos, bajo esquemas de privacidad reforzada.

Ética y regulación. La presión por evitar sesgos algorítmicos y proteger la privacidad será creciente, las compañías que ignoren este imperativo perderán legitimidad social.

Hiperpersonalización con control ciudadano. Los consumidores exigirán servicios ajustados a sus perfiles, pero también mayor control sobre el uso de su información.

La relación empresa-cliente se redefinirá en torno a la confianza.

Organizarse con inteligencia alrededor de los datos

“Big data” no es un recurso aislado; es la nueva arquitectura de la competitividad.

El valor surge al integrar la analítica en la estrategia, la cultura y la innovación, las plataformas tecnológicas son catalizadores, pero la diferencia real la marca la organización: su capacidad para trabajar en equipos interfuncionales, democratizar el acceso a “insights”, garantizar gobernanza ética y cultivar talento con mentalidad analítica.

La nueva economía no premiará a quienes acumulen más información, sino a quienes sepan organizarse mejor en torno a ella.

El futuro pertenece a las empresas que conviertan la incertidumbre en previsión, y los datos en decisiones inteligentes.

Robótica y computación cuántica: el siguiente salto

Más allá de las plataformas y algoritmos actuales, el próximo horizonte se encuentra en la robótica y la computación cuántica.

Los robots industriales y de servicios –desde los que ensamblan automóviles hasta los que limpian hogares o entregan paquetes– ya dependen de datos en tiempo real para ejecutar tareas con mayor precisión y velocidad.

Se combinan sensores y visión computarizada en centros logísticos para que robots optimicen rutas y reduzcan tiempos.

En la salud, robots quirúrgicos procesan datos instantáneamente para asistir a médicos con exactitud milimétrica.

Y aún más disruptiva es la promesa de la computación cuántica, que va un paso más allá de los datos convencionales: procesadores capaces de manejar múltiples situaciones simultáneamente, con potencial para descifrar patrones imposibles hoy, desde el desarrollo de nuevos fármacos hasta la gestión de riesgos financieros globales.

Robótica y computación cuántica muestran que la analítica de datos no es un destino final, sino un viaje hacia formas inéditas de inteligencia aplicada. 
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Javier Treviño Cantú

Javier Treviño es Vice Presidente de Walmart para México y Centroamérica. Fue Director General Ejecutivo del Consejo Coordinador Empresarial, CCE. Además es Fundador y Presidente de la consultoría Javier Treviño y Asociados. Es Licenciado en Relaciones Internacionales por El Colegio de México y Maestro en Políticas Públicas por la Escuela Kennedy de Gobierno de la Universidad de Harvard.