México 2026: más pesimismo que optimismo (II)
En la presentación del informe sobre las perspectivas de México en 2026 en el Instituto Baker, participé en una mesa de debate sobre el futuro de las relaciones México-EU, con la excanciller Claudia Ruiz Massieu y la experta en seguridad Cecilia Farfán, moderada por Raúl Rodríguez Barocio, ex director del Banco de América del Norte.
Planteé dos hipótesis para el análisis del futuro de las relaciones bilaterales.
Argumenté que el objetivo de EU de favorecer y propiciar la estabilidad política, económica y social de México, guía fundamental de la política de EU hacia nuestro país, se ha puesto en duda.
Ahora algunos sectores ven a México no como un socio estratégico y confiable, sino como una amenaza a su seguridad nacional.
Ello se inscribe en el marco de la “securitización” de la política exterior estadounidense, incluyendo la comercial, lo que puede llevar a la adopción de medidas extraordinarias que pudieran desestabilizar a México.
La segunda hipótesis es que estamos ante una transformación conceptual de la relación de EU con México y Canadá.
Cuando se negoció y firmó el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), los líderes de los tres países creían en el libre comercio, en el concepto de América del Norte y una mayor integración regional.
Ello se reflejó en el título mismo del Tratado, en las Cumbres de Líderes de América del Norte y en la coordinación de posiciones más allá del comercio.
Cuando se negoció, se aprobó y ratificó el Tratado México, Estados Unidos, Canadá (TMEC), los conceptos de libre comercio y de América del Norte se abandonaron y el título mismo del Tratado reflejó una suma de intereses nacionales en materia de comercio e inversión, coincidentes en muchos puntos.
En el proceso de revisión/renegociación en el cual estamos inmersos, la posición de EU privilegia sus intereses y hegemonía.
El futuro del Tratado está vinculado a la competitividad y seguridad nacional y económica de EU, no de la región, según se lee en varios documentos de EU.
De ahí que se ponga en consideración la posibilidad de sustituir el T-MEC trilateral por acuerdos bilaterales o que se cancelen las negociaciones con uno de los socios, como hizo recientemente Donald Trump con Canadá.
Por ello, hay que replantear la estrategia de negociación con EU para analizar la factibilidad de la convergencia de objetivos en materia de seguridad nacional de ambos países, la lucha contra el crimen organizado o si EU va a pedir, como todo lo indica, a México y Canadá alinearse en su postura de “desacoplamiento” con China y cuáles serían los caminos para ello, como podría ser una unión aduanera.
