Morena, un cártel podrido
Cada una de las acusaciones que hizo el Secretario de Estado, Marco Rubio en contra de Nicolás Maduro podría aplicarse a México.
Aquí también hubo un presidente que no fue presidente, sino cabeza de una narcomafia, alguien que destruyó y corrompió las instituciones para que los cárteles ganaran fuerza y financiaran las elecciones de Morena.
El general León Trawitz, ex director de Salvaguarda Estratégica de Pemex, dio en entrevista un dato revelador: la información que recibió el equipo de transición de AMLO sobre la red de huachicol la utilizó el gobierno obradorísta para “maximizar” el robo de combustible.
- Es decir, no para combatirlo, sino para crecerlo y beneficiarse de él.
- El expresidente hizo lo mismo con los cárteles del narcotráfico.
- En lugar de enfrentarlos los convirtió en sus socios.
Los 7 u 8 gobernadores que aparecen en la “Lista Marco” ganaron las gubernaturas con ayuda del crimen organizado.
Se construyó ex profeso una red de narco gobernadores.
Por eso la acusación contra el ex gobernador de Tabasco Adán Augusto López y su secretario de Seguridad, Hernán Bermúdez por ser cabezas de la organización criminal “La Barredora” resulta sospechosa.
La 4T no castiga a sus narcopolíticos.
Prueba de ello es la protección del gobierno de Sheinbaum a Rubén Rocha de Sinaloa, a Américo Villarreal de Tamaulipas, al ex gobernador de Veracruz Cuitláhuac García, por mencionar solo algunos.
- ¿Por qué Palenque abandonó a Adán Augusto?
- ¿Qué no era el “hermano”?
- ¿Qué no había una deuda de libertad con el padre de Adán?
- ¿Acaso el senador por Tabasco se salió del huacal, se creyó más poderoso que la presidenta e intentó construir desde el senado un poder paralelo?
Morena se hunde en su pudrición.
Este ha sido un “verano ardiente” para el partido en el poder.
Mientras que el PRI tardó 80 años en caer, al narco obradorato le bastaron siete años para contraer lepra y dejar girones de carne podrida por todas partes.
Se dice que los “viajes ilustran” y así lo han demostrado las figuras más emblemáticas del régimen.
Ver a Andy López Beltrán, secretario de organización de Morena, al hijo del “presidente de los más pobres”, de la “honestidad valiente”, de la “austeridad republicana” paseando a todo lujo por Tokio es un símbolo de la “caída de Roma”.
A López Obrador ya se le echó a perder Andy el heredero o custodio de su proyecto.
Los hijos se deslumbraron con el despotismo del padre y perdieron el piso.
Como diría la soberbia Rocío Nahle, “les guste o no les guste” los hijos del mesías se han convertido en referente de la putrefacción que ataca al régimen y al partido en el poder.
Luisa María Alcalde, encargada del despacho de Morena, desesperada por ver a su “jefe” salir sin pudor de las boutiques más caras de Tokio soltó una frase: “Si dañamos al partido, qué le queda de alternativa al país”.
La respuesta es sencilla: El país lograría deshacerse de un partido que no es partido sino un cartel.
Se libraría de una pandilla que ha puesto de rodillas a México y tiene encañonada a su democracia.