Pegarse quedito
1.
Al lado del colegio en el que estudié la primaria había un terreno baldío. Éste servía -además de un sitio propicio para irnos a fumar los primeros cigarrillos de nuestra vida- como ring de boxeo, en el que los alumnos resolvíamos a golpes nuestros agravios.
Cuando por la calentura del básquetbol, o por un rozón de hombros en los corredores, se presagiaba una bronca entre dos compañeros, uno de ellos, el más bravucón, gritaba: “¡nos vemos a la salida en el terreno baldío!”. Un profesor, que era un alma de Dios, les decía a los futuros contrincantes:
“¡Péguense, pero quedito, …
2.
… para que no se vayan a lastimar!”.
El mentor de los belicosos infantes no buscaba evitar el pleito, sino matizarlo. Sentía que eran necesarios esos enfrentamientos para forjar nuestra personalidad masculina, para que aprendiéramos a defendernos, para no dejarnos
No había un llamado al diálogo, a resolver con palabras y no con golpes los diferendos, en suma, a vivir en paz.
Lo complicado era pegarse “quedito”, pues resultaba inevitable abrirle la boca al rival, o partirle una ceja si se le asestaba un certero puñetazo en su colocación, aunque leve en su intensidad.
3.
Con esta misma ¿ingenuidad? parece actuar la comunidad internacional ante el conflicto en la franja de Gaza.
Admitida la barbarie terrorista perpetrada por Hamás, y la no menos brutal respuesta del ejército israelí, los llamados de organismos internacionales como la ONU, las súplicas del Papa, y hasta el contenido de no pocas plegarias, se asemejan a los consejos de ese inocente maestro, y se colocan en el terreno de invitar a agredirse, pero sin hacerse mucho daño.
Se reconoce el derecho judío a responder de forma violenta, pero tratando de no afectar a la población civil.
4.
Así, las recomendaciones son, claro, un cese al fuego al menos temporal, para permitir que funcionen los corredores humanitarios, a través de los cuales se transportan víveres y medicinas; liberar a los rehenes que tienen los gazatíes; reanudar el flujo de electricidad, gas y agua, provenientes de Israel y que ha suspendido, para quienes permanecen en sus hogares; facilitar el desplazamiento hacia el sur de cientos de miles, todos ellos civiles y muchos extranjeros; en pocas palabras, permitir que los israelitas continúen con su respuesta bélica, pero que “peguen quedito”.
5.
Si, como acaba de suceder con el máximo líder de la ONU, António Guterres, alguien recuerda que el pueblo palestino lleva 56 años sometido a una ocupación asfixiante, que su población ha visto cómo su tierra ha sido devorada, su economía asfixiada y sus hogares demolidos, se granjea el epíteto de árabe-lover.
Si se replica con las críticas a las guerrillas palestinas, como Al Qaeda, Al Assifa, Hamás, Jóvenes de la Venganza, Hazbollá, Septiembre Negro, Yihad islámica, etc., igualmente sanguinarias, se gana uno el desprecio del mundo islámico, y se le tacha de pro-israelita.
6.
Y es que ambas partes se niegan a dialogar, a aceptar la necesaria existencia de dos estados, a convivir en paz.
¿No existe alguna instancia capaz de mediar para buscar una solución definitiva a este antagonismo?
¿Seguirán los dos pueblos con agresiones mutuas, escalando cada vez más las atrocidades de sus provocaciones y réplicas?
¿Habrá alguien en ambos bandos con la suficiente sensatez como para llamar si no a una reconciliación y al perdón mutuos, sí a un acuerdo de no agresión?
Porque si continúa la brutalidad seguiremos con estos llamados a “pegarse quedito”, sin que ello sea posible.
7.
Cierre icónico.
Me dicen, por diferentes conductos, que el gobernador busca la candidatura de MC porque, de hacerlo, el presidente le garantiza más recursos para nuestro estado.
Niega, como también lo afirma el líder nacional de ese partido, que su presencia en la boleta obedezca a la estrategia de dividir el voto opositor a Morena.
Las dos tesis son cuestionadas por el pragmatismo político. Preténdanlo o no, el que Movimiento Ciudadano vaya por su lado en las elecciones del año próximo sí afectará a la oposición, y ¿qué garantías hay de que, accediendo a los deseos del presidente, éste cumplirá su palabra?