Rayando el sol
Monterrey es mucho mayor a la displicencia de las autoridades, a la ciudad capital llegan los laboriosos ejes de la necesidad de la periferia de nuestro imperio azteca en México City Blues, la entidad de Jack Kerouac, William Borroughs o Allen Ginsberg.
Hemos destruido el alto valle metafísico de Alfonso Reyes, la región más transparente de Carlos Fuentes.
Cualquier rufian o mequetrefe viene a imponer sobre la cultura norteña su incapacidad de tolerancia, trabajo o serenidad.
Lo permitimos en las deshoras de la ciudad señorial, con hijos bastardos del virreinato, con sus ínfulas de soberbia, entiendes a la compleja metrópoli de Monterrey, inculto y menesteroso señor De la Garza.
No serás el indicado para señir la corona de una compleja y defenestrada capital del mundo norestense, incluso una joven de 28 años tiene mayor grado de aceptación y de empatía a la maquinaria electoral del PRI, PAN y del alicaído PRD.
Decide declinar la lucha o la carrera por una posibilidad remota, prefieren la banalidad de una incompetente primera dama estatal a permitir el ascenso a la gubernatura, entendiste Adrián.
Prefieren a Waldo, Tatiana, Judith o Clara Luz, por mucho de las palabrerías de aquí trabajamos y aquí resolvemos.
No.
Eres el alimento idéntico de los dinosaurios, al mismo temple de Movimiento Ciudadano, con todo y Mariana, eso no es poco, el desencanto resulta mayúsculo, irremediable y soberbio.
Aun practiques fisiconstrutivismo, padeces de la misma enfermedad terminal, la soberbia es contagiosa y deja secuelas permanentes.
En ningún war room te pueden ayudar a contrarrestar las deficiencias tangibles.
