Supervitaminado y mineralizado

Gerson Gómez DETONA aquí: Esa sea nuestra huella en el vuelo. Mientras, como lo escribió el músico poeta, vamos arando al aire.

Todas las mañanas agradecemos. Al abrir los ojos. Al observar al cálido sol entrar por nuestra ventana. Incluso cuando por la tarde nos baña la rabia de sus rayos.

En esta edad, no tan profunda y no tan añeja, ya estamos en la época del yo nunca, a mi jamás me había sucedido.

Por prevención, idéntico a Súper Ratón, uno de nuestros héroes infantiles, ingerimos dos vitaminas. Las ingerimos con agua natural de garrafón. En la ducha, los lazos del pasado y el futuro, en el presente, la imaginación vuela.

Nos declaramos culpables de los cargos en la acumulación de experiencias. Positivas o de mala experiencia, dejaron en la memoria, sus raíces en el árbol de la vida.

Aprendimos a soltar. A viajar sin tanto equipaje. De permanecer amarrados en un mismo puerto.

La solidaridad la ejercemos en silencio. Sin alardes o publicidad en las redes sociales. Aún nos enfada la altanería. El narcisismo de algunos privilegiados. Quienes han vendido la primogenitura por el sueldo de funcionarios, de apagafuegos, al enterrar pruebas de la podredumbre social.

Preferimos la serenidad de un plato legitimo. Incluso hasta el paso de soñar, pedimos permiso.

Hoy le damos otra vuelta al sol. Nuestro circulo se cierra y se vuelve a abrir. Estamos supervitaminados y mineralizados. Para continuar con nuestra misión de vida. Sin lastimar, sirviendo honrada y justamente.

Esa sea nuestra huella en el vuelo. Mientras, como lo escribió el músico poeta, vamos arando al aire.

Gerson Gómez

Morelense de cepa Regiomontana. LCC con especialidad periodismo (UANL). Doctor en Artes y Humanidades (I.C.A.H.M.). Tránsfuga de la mesa de redacción en diferentes periódicos como El Diario de Monterrey, Tribuna de Monterrey, y del grupo Reforma en el matutino Metro y vespertino El Sol. Escort de rockeros, cumbiamberos, vallenatos y aprendices al mundo de la farándula. Asiste o asistía regularmente a conciertos, salas de baile, lupanares, premieres, partidos de fútbol y hasta al culto dominical. Le teme al cosmos, al SAT, a la vejez y a la escasez de bebidas etílicas. Practica con regularidad el ghosting. Autor de varios libros de crónica como Hemisferio de las Estaciones, Crónicas Perdidas, Montehell, Turista del Apocalipsis, Monterrey Pop y Prêt-à-porter: crónicas a la medida.