SIN CENSURA

¿Cómo deben interpretar la carta de Sheinbaum los militantes de Morena en NL?

Eloy Garza DETONA: La presidenta Claudia Sheinbaum envió una carta para ser leída públicamente el pasado 4 de mayo, en el Consejo Nacional de Morena, ante los 249 consejeros.
Me pregunta un legislador morenista cuál es mi opinión sobre la dichosa carta.

Le respondo que da igual mi opinión y que lo urgente es que los políticos de Morena en Nuevo León interpreten bien lo que la mandataria —quien pidió licencia como militante de su partido mientras sea inquilina de Palacio Nacional— les envió a título personal. 

¿La están interpretando bien los políticos, legisladores y funcionarios de la 4T en Nuevo León?

Depende. Algunos sí; la mayoría, no. 

Cuando Sheinbaum les pide no realizar viajes aéreos en primera clase, ni ser frívolos, ni consumir ostentosamente, ni gastar en lujos, ni usar vehículos blindados, ni rodearse de guaruras (a menos que el cargo lo amerite), en el fondo les ejemplifica una conducta que muy pocos morenistas de Nuevo León asumen. 

No digo que no se entienda la carta de Sheinbaum de manera literal; digo que lo que Sheinbaum formuló son apenas algunos ejemplos de lo contrario a eso que suelen hacer los militantes de su partido, especialmente los hombres (las mujeres suelen tener más sensibilidad y tacto). 

¿Y qué es eso que sí les pide, o les sugiere, o les exige vedadamente la presidenta Sheinbaum? 

Que dejen de subir selfies disfrazados de catrines en Instagram, a cuanta ceremonia —con todo y honores a la bandera— sean invitados para placearse; que usen mejor las redes sociales para orientar a la población sobre asuntos importantes; que emprendan más trabajo de campo; que se atrevan a plantear más demandas sociales genuinas, aunque tengan que denunciar a empresas como Zinc Nacional o Ternium por contaminantes; que, en vez de buscar la foto con líderes empresariales, futbolistas o celebrities, hagan más reuniones vecinales para escuchar las necesidades de la gente humilde; que se junten con señoras de colonias populares; que dediquen su tiempo libre a recorrer colonias sin servicios básicos. 

Que escuchen más a la gente de estratos bajos; que dejen de buscar ansiosos la aprobación zalamera de los altos jerarcas y se entreguen, en cuerpo y alma, a defender causas de gente agraviada, de usuarios inconformes con los abusos de la CFE o de gas natural, aunque se expongan a un tirón de orejas de sus mandos superiores. 

En suma: que se ensucien de lodo hasta el cuello, que se llenen de cadillos de los montes, que toleren las mentadas de madre de las fuerzas de seguridad por defender a un joven detenido injustamente, y que entiendan que ser servidor público es algo más que hacer negocios en secreto, cabildear por el puro bien propio y salir con la cara filtrada con aplicaciones como CapCut.

Eloy Garza

Es abogado, maestro en Letras por la UNAM y máster en Tecnologías de la Información por la Universidad Oberta de Cataluña. Escribe para diversos medios de comunicación.