Fuera De La Caja

Conspiraciones

Macario Schettino DETONA® Esta nueva versión del cardenismo-echeverrismo hoy en el poder será un fracaso como sus predecesoras. Pero lo relevante, las estructuras sociales, no están aún en el momento para configurar un Estado moderno.
https://vimeo.com/1091444957

Se recordó ayer el 115 aniversario del inicio de la Revolución Mexicana, ese proceso mítico conformado por varias guerras civiles que, además, interrumpió la construcción de un Estado moderno que había encabezado Díaz por tres décadas.

Se celebra porque quienes se instalaron en el poder después de esas guerras lograron construir un cuento e inyectarlo en las mentes de los mexicanos.

Hace ya casi dos décadas escribí Cien años de confusión, donde fundamento las ideas del párrafo anterior.

Ahora he escrito un nuevo libro, Conspiraciones. 

México a través de seis siglos, con el que he intentado entender lo que hoy ocurre en México, al hacerlo, descubrí algo que no sabía.

México, como lo conocemos, se construyó en el siglo XVII, aunque entonces se llamara Nueva España (reino principal, pero acompañado de Nueva Galicia, Nueva Vizcaya, el reino de Yucatán y los territorios del noreste y noroeste).

Conformamos una sociedad propia de esa época: orgánica, corporativa, en la que cada grupo tenía sus propias reglas, barroca, escandalosa, exuberante, guadalupana.

Desde entonces aprendimos a negociar la aplicación de las leyes, a usar los recursos públicos para fines privados y a confiar en la familia y el clan antes que en el Estado.

Esa estructura social sobrevivió a los intentos borbónicos por saquearnos y a la desintegración de la Corona que siguió a la invasión de Napoleón a España.

Con esa estructura era imposible tener un Estado moderno, como ansiaban las élites de la época, y no tuvimos ni siquiera Estado alguno hasta que regresamos a las estructuras “medievales” con un monarca, Benito Juárez, a quien siguió Porfirio, que intenta modernizar al país.

Esto no sólo significa ferrocarriles, banca e industria, también incluye construir ciudadanía y clase media, y eso hizo.

Quienes califican a Porfirio de dictador tienen razón, pero todos los Estados modernos fueron hechos por dictadores, se hayan apellidado Cromwell, Bonaparte o Díaz.

Como quiera, no le dio tiempo, y las guerras civiles que siguieron a su renuncia terminaron con el poder en manos de Lázaro Cárdenas.

Éste, que tenía la percepción de las estructuras sociales, quiso transformarlas en algo parecido a su ideal, la Unión Soviética.

En lugar de los “pueblos de indios”, que teníamos desde tres siglos antes, inventó al ejido, dando tierra a grupos nuevos; en lugar de los gremios, los sindicatos; en lugar de los barrios, grupos corporativos.

En consecuencia, México tiene, a partir de entonces, dos estructuras sociales encimadas: las provenientes del siglo XVII y las cardenistas.

La fricción entre ambas puede aminorarse gracias al crecimiento económico de los siguientes 25 años, pero para 1965 eso empieza a desaparecer, y para 1980 todo entra en crisis.

Desde entonces, México queda partido.

Las quejas que abundan acerca de la ruptura del tejido social resultan de esa crisis, no del capitalismo o del neoliberalismo, en lugar de construir un Estado moderno, Cárdenas había inventado un neocorporativismo que no sólo mantuvo las características “medievales”, sino que las acompañó de un estatismo del siglo XX que resultó un fracaso en todos los países en los que se intentó.

Así, aunque el crecimiento económico y la urbanización permitieron el avance de la ciudadanía, que además se fortaleció con la globalización, seguimos arrastrando una proporción no menor demexicanos que sigue en el siglo XVII.

A ellos apeló López, apoyado por los damnificados de las reformas estructurales, un ataque directo a las estructuras económicas creadas bajo el régimen de la Revolución.

Esta nueva versión del cardenismo-echeverrismo hoy en el poder será un fracaso como sus predecesoras, pero lo relevante, las estructuras sociales, no están aún en el momento para configurar un Estado moderno.

Por tanto, es necesario construir un liderazgo capaz de cerrar definitivamente esta larga etapa.

A eso me refiero cuando llamo a conspirar.
https://vimeo.com/1115590494
https://vimeo.com/1115590526
https://vimeo.com/1015118818
Macario Schettino

Profesor de la Escuela de Gobierno del Tecnológico de Monterrey.