“MasterChef”. La humillación como entretenimiento

Si deseas ver un show denigrante, disfrazado de competitividad y cultura gastronómica, sintoniza MasterChef México, Colombia o Argentina.
https://youtu.be/MxwQNWz6Ob8

Si deseas ver un show denigrante, disfrazado de competitividad y cultura gastronómica, sintoniza MasterChef México, Colombia o Argentina, el ´talent´ culinario más exitoso de la televisión.

Tres jueces desalmados con miradas castigadoras avergüenzan, sin piedad, a los participantes que pretenden convertirse en el mejor chef de la temporada. ¿La fórmula del éxito? Ridiculizar al cocinero en ciernes, reloj en mano.

El público de hace 2 mil años y el de hoy no ha cambiado mucho.

Antes se utilizaba una espada filosa, hoy, una mirada afilada.

 

En resumen. La idea de MasterChef es atrapar a un público que busca regodearse con la altivez y crueldad de la Gastronómica Inquisición: Tres verdugos que escudriñan las debilidades culinarias de los participantes para maltratar sus emociones. That´s it.

La factura para el participante es cara.

Su dignidad, si la tiene, desaparece, y si sale a flote, se verá mancillada ipso facto. Los jueces degustan los platillos mientras la cámara enfoca las miradas que intimidan al competidor. Ardid teatral para generar tensión.

Por angas o mangas de la vida, he tenido la fortuna de conocer cocineros y chefs muy experimentados y reconocidos de aquí y acullá, todos amantes del slow food y del buen vivir.

Donato De Santis, uno de los jueces de MasterChef Argentina, es buenísima onda en la vida real, me consta; hace algunos años tomé con él un curso de cocina en su taller de Buenos Aires.

A Benito Molina, de MasterChef México, lo conocí poquito antes de la pandemia en San Sebastián, España, y ahí agarramos una sazonada borrachera con otros cocineros del País Vasco.

Ambos son a todísima madre y no sé de dónde les salió lo tiranos.
https://youtu.be/zLoCh7z44-M

¿Será que les pagan una buena lana para ser crueles? Estoy de acuerdo que un show de TV exige histrionismo, entretenimiento y rigor, pero estos sicarios culinarios se volaron la barda.

Hay otros jueces mucho más insolentes y perversos, pues sólo les falta mentarles la madre a los concursantes o darles latigazos. No mencionaré sus nombres, dan asco.

Claro, el diablo sabe a quién se le aparece. En los MasterChef de celebridades y niños, el respeto a la integridad es la hipoteca durante el concurso.

COLISEO CULINARIO

En casi todos los países del mundo, MasterChef ha tenido éxito porque representa un coliseo culinario donde decapitan, uno a uno, a los gladiadores. Todos terminan guillotinados, menos uno.

¡Y es un éxito mundial! No tanto por la rivalidad gastronómica que hoy está tan de moda en todo el orbe sino por el escarnio que se ofrece a un auditorio que se regocija con el degolladero disfrazado de sana competencia.

Si quieren ver la humillación como entretenimiento, MasterChef te garantiza un coliseo embarrado de infamia.

Si quieren aprender a cocinar, ver consejos o recetas de cocina MasterChef no es la opción.

¡Guácala!

Andrés Meza

Primer periodista en publicar encuestas sobre preferencias electorales en medios de comunicación. Fundador del departamento de encuestas del periódico El Norte, en 1985. Miembro vitalicio de WAPOR, Asociación Mundial para la Investigación de la Opinión Pública, desde 1991. Creador de la Dirección de Investigación de TV Azteca-México en 1994. Accionista-fundador de la revista Este País. Ha generado encuestas para Televisa Monterrey, CNN en Español, entre otros medios impresos y electrónicos desde 1985. Es director de Código MEZA donde brinda servicios de investigación de opinión pública, consultoría en mercadotecnia política y manejo de contenidos.