México ante la nueva ofensiva antimigrante de Trump
El pasado 20 de abril, el gobierno de Estados Unidos difundió un spot racista de un minuto a través de la secretaría de Seguridad Nacional, Kristi Noem.
El mensaje, transmitido en canales oficiales, privados y en México por Televisa y TV Azteca, advertía con tono amenazante a quienes pretendan cruzar la frontera hacia la Unión Americana.
Esta agresión es un atentado contra la dignidad de quienes, al no encontrar oportunidades en sus países, buscan un futuro mejor en el exterior.
Donald Trump, en su reiterada postura antiinmigrante, parece ignorar que Estados Unidos se forjó gracias a la aportación de extranjeros, como sus propios padres, quienes llegaron en busca de una vida mejor.
Paradójicamente, el hijo de inmigrantes promueve cerrar las puertas a quienes representan lo que alguna vez fue su propia historia.
Desconocer el origen es también negar la honorabilidad humana.
Comparto con usted, estimado lector, parte del contenido expresado en el video de Kristi Noem —posteriormente retirado por instrucciones de la presidenta Claudia Sheinbaum— para su reflexión:
“Gracias presidente Trump por asegurar nuestra frontera y poner a América primero. Si estás considerando entrar ilegalmente a América, ni siquiera lo pienses. Si vienes a nuestro país y rompes las leyes, te perseguiremos. Los criminales no son bienvenidos. Durante mucho tiempo, líderes débiles dejaron nuestras fronteras abiertas, llenando nuestras comunidades de drogas, tráfico de personas y criminales violentos. Esos días terminaron. Bajo Trump, protegeremos a las familias americanas. Si tratas de entrar ilegalmente, serás atrapado y expulsado. Fronteras fuertes hacen fuerte a América, y el presidente Trump está devolviendo la seguridad a nuestro país.”
Este mensaje criminaliza automáticamente a todo migrante, cuando la gran mayoría busca simplemente mejorar sus condiciones de vida.
La crisis en México es real: el desempleo crece, las fuentes de trabajo se reducen, y el gobierno falla en su responsabilidad de impulsar infraestructura y proteger a la clase trabajadora.
Es cierto que Estados Unidos tiene derecho a controlar sus fronteras, pero muchos latinos apoyaron las propuestas de Trump movidos por el miedo de perder su estabilidad, olvidando que el progreso colectivo fortalece a todos.
No debemos aceptar en silencio estas ofensas.
Los partidos políticos mexicanos, incluyendo al Movimiento de Regeneración Nacional, tienen la obligación moral de levantar una protesta enérgica ante acciones que afectan no solo a nuestros migrantes, sino también nuestra economía y dignidad como nación.
Hoy más que nunca, debemos hacernos dos preguntas fundamentales:
- ¿Qué tipo de mundo queremos?
- ¿Y qué estamos dispuestos a hacer para lograrlo?