Peace Sells... But Who's Buying?
La Muerte es un gran negocio. En todos los sitios del planeta tierra se negocia. Los sicarios en Argentina, Colombia, Bolivia, Perú y Ecuador dominan el arte.
En México se pasea el ángel de la desolación. Lo hacen por nostalgia. Al vengar viejas afrentas. En la locura de un pasón. Por verte con malos ojos. Los asesinos ocasionales. Los certeros.
Un joven mata por carrilla a su suegro. Otro, a tres mujeres quienes le brindan asilo. El menos lucido mata, va a una tienda de autoservicio y come croquetas de perro para saciar su hambre.
La niña ucraniana le grita al soldado ruso. Le exige regrese a su casa. En medio de la calle su rabia incluye dos fintas de golpes al hombre con ropa de campaña. Con la metralleta al hombro, la ignora y sigue su paso rumbo al tanque
Escenas dantescas se repiten día a día. La película de los balazos, los video juegos de los muertos vivientes, la oficina de los desaparecidos, los mutilados, los enloquecidos, los mercenarios, los doctrinantes, quienes matan por amor.
Mal negocio la venta de pertrechos. Son tan efectivos, siniestros y apabullantes. Reflejo de la necesidad de paz. En una época donde los corsarios de la ley y los piratas de la droga, se dan la mano.