¿Quién quiere manchar el legado de Mauricio Fernández y por qué Mauricio Farah es su sucesor?
Antes de aventurar una hipótesis sobre quién pretende opacar o deslegitimar las obras públicas del alcalde más emprendedor que ha tenido San Pedro —modelo de ciudad en América Latina—, desarticularé las principales infamias.
Aludir a Mauricio como cómplice de criminales es una rotunda canallada, es una vileza que no tiene límites, lo explico por experiencia propia.
Mauricio Fernández blindó San Pedro cuando este municipio sufría, en promedio, uno o dos secuestros por semana, las cifras están ahí para quien quiera verlas.
A lo largo de sus periodos como alcalde, mientras el Área Metropolitana de Monterrey hervía por culpa del crimen organizado, Mauricio redujo a cero los secuestros en San Pedro. El blindaje fue su sello personal, así de simple.
Mi familia y yo tuvimos restaurantes por más de una década en San Pedro; gracias a Mauricio, nunca recibimos ninguna extorsión de la delincuencia, jamás sufrimos ningún derecho de piso ni molestia por parte de algún delincuente.
Durante el mismo periodo, las cosas en otros municipios del Área Metropolitana eran muy distintas.
¿Fuimos la excepción en San Pedro porque Mauricio Fernández era mi amigo? No.
Los inspectores municipales nunca dejaron de hacer sus rondines por nuestros negocios y les aseguro que si hubieran detectado algo irregular —que nunca lo hubo porque siempre sale más barato conducirse con legalidad—, no hubieran dudado en suspender el negocio poniéndole los sellos.
Yo no sé cómo le hizo Mauricio para blindar San Pedro, pero quienes se quejan porque, según ellos, no lo hizo todo por la buena, cometen una estupidez.
Vayan y díganle a una viuda o a una madre a la que le mataron un hijo en un municipio inseguro, que las autoridades locales siempre se han conducido apegados a la ley.
O díganle a un hijo al que le han asesinado su padre, que los criminales también merecen respeto y consideración.
¿Que en el proceso de blindaje murieron algunos narcotraficantes? Respondo con un refrán: la corona que uno se labra, esa se pone, punto.
Si además de eso Mauricio hizo de San Pedro una ciudad caminable, con infraestructura y hermosas obras artísticas, mucho mejor, si uno puede salir en la noche con su familia a convivir en un parque o en Calzada del Valle, qué bueno.
Ahora bien, ¿quiénes pretenden opacar o distorsionar la memoria de Mauricio Fernández? Los políticos envidiosos; los que no respetan al rival ni cuando este acaba de morir.
Son los políticos hienas y chacales que solo ambicionan el poder y son estatólatras.
Mauricio Fernández acordó con el Cabildo y el Congreso del Estado, con todas las facultades que le otorgaba la ley, que quien siguiera su gestión al frente de San Pedro fuera Mauricio Farah, exsecretario del Ayuntamiento, un hombre experimentado, discreto y honesto, que tiene muy clara la visión de Mauricio para preservar su legado público.
Como alcalde, Farah continuará lo que no alcanzó a concluir Mauricio Fernández.