Visita a Cholula
En mis recuerdos de la infancia, aún guardo la imagen de la vista de la iglesia de San Miguel Arcángel construida en la cima de lo que yo pensaba era un cerro, hasta que supe, tiempo después, que se trataba de la Gran Pirámide de Cholula.
Desde que nos empezamos a internar en las calles de su zona céntrica tradicional, Cholula (nombre que significa “agua que cae en el lugar de huida”), a la vuelta de alguna esquina se empezaba a divisar la vista que captura a la imaginación: la construcción de una iglesia española sobre una pirámide prehispánica.
A lo largo del recorrido, el bullicio de la gente, los comercios y los restaurantes (los cuales Jorge señalaba con sus comentarios de conocedor), entre la arquitectura tradicional de casas y edificios, me regresó a la primera vez que mis ojos infantiles contemplaron una iglesia que me parecía construida en el mismísimo cielo, de tan elevada.
En la página web del Centro INAH Puebla (del Instituto Nacional de Antropología e Historia), hay una buena explicación sobre la relevancia cultural de la milenaria Gran Pirámide de Cholula.
- La importancia de la ciudad de Cholula radica principalmente en lo estratégico de su ubicación como nodo importante en las redes comerciales mesoamericanas y en la pluralidad cultural que su población tuvo a lo largo del tiempo.
- La Gran Pirámide de Cholula, dedicada a Tláloc, es la de mayor superficie en Mesoamérica (450 metros por lado), su construcción aprovechó una elevación natural para ir sobreponiendo construcciones en diferentes etapas a lo largo del tiempo y en cuya parte más alta los españoles construyeron una iglesia en honor de Nuestra Señora de los Remedios.
Por falta de tiempo, en esta ocasión no pudimos recorrer la zona arqueológica e intentar subir la larga escalinata (¡una verdadera escalera al cielo!) que conduce a la entrada del templo.
Tal vez en una siguiente visita a Puebla será posible dedicar más tiempo a este lugar fascinante en Cholula que nos entrega, en una sola imagen, el nacimiento cultural de México en la fusión de las culturas prehispánica y española.
En el momento crítico que vive México por la destrucción de su “frágil democracia” (frase de José Woldenberg), además de la polarización política extrema que envenena a los mexicanos y al mundo entero, qué refrescante fue el paseo a Cholula.
La fusión del pasado y el presente que se puede palpar en las calles del centro histórico, la convivencia de cholultecas con visitantes y residentes de todas partes del país y del extranjero, es lo mejor que hoy puede ofrecer México.
Debajo de las nubes de tormenta, está la solidez de la historia mexicana que nos dice, en Cholula, que la tormenta pasará, como muchas otras en el pasado, pero permanece lo sólido, lo antiguamente forjado a sangre y fuego en el pasado mexicano.
La capacidad de resistencia a la brutalidad de los gobernantes, desde los señores tlatoanis hasta la casta sagrada morenista que hoy padecemos, resiliencia que nos volverá a salvar del desastre.