¿Siguen los ataques contra figuras políticas que encabezan preferencias para 2027 en NL?
Tamaña barbaridad fue desmentida a los pocos días por el propio Departamento de Estado norteamericano.
Luego continuaron filtrando en medios y redes sociales la calumnia, que se estructura bajo una técnica que quienes sabemos de comunicación conocemos como “priming”.
Se basa en una deducción absurda: si a la gobernadora de Baja California, Marina del Pilar, y a su marido les quitaron la visa, y se le incluye en una lista de 44 políticos que supuestamente también se las quitarán, entonces la lista es auténtica (sic).
Finalmente, los filtradores de la mañosa lista cayeron en la cuenta de que, pese a la millonaria inversión para difundir el infundio, el escándalo nunca prendió más que en la cabeza de algunos incautos.
Entonces apareció, como por arte de magia, un artículo el pasado 15 de mayo, firmado por un periodista gringo, Tim Golden, a quien yo respeto, aunque en los últimos años ha cometido el craso defecto de ya no citar ninguna fuente que respalde sus dichos y argumentos.
Lo publicó en ProPublica y se titula:
“La administración Trump busca bloquear los viajes a EUA de políticos mexicanos que, según afirma, están vinculados con el narcotráfico”.
El mentado artículo dice una descarada obviedad: el gobierno de EUA investiga a políticos mexicanos para detectar si tienen vínculos con el crimen organizado.
- ¿De verdad eso es nota para Tim Golden?
- ¿Alguna vez, en algún momento de la historia, el gobierno norteamericano ha dejado de investigar, espiar o indagar los pasos de políticos mexicanos en activo?
Lo hace todos los días a todas horas.
Pero si la opinión de Tim Golden, de que el gobierno de su país investiga a la clase política mexicana, coincide en tiempo con la falsa lista negra o “lista Marco”, entonces, otra vez mediante la técnica priming, la dichosa lista adquiere un ligero barniz de verdad. Todo aporta.
- ¿Tan limitados o escasos de luces andamos los analistas políticos en México, y especialmente en Nuevo León, que todas las supuestas filtraciones, por absurdas que resulten, nos las tragamos sin masticar?
Recuerdo que, en 1996, mi mente todavía juvenil se revolucionó tras leer una serie de reportajes muy bien documentados sobre la relación de la CIA con el tráfico masivo de cocaína que provocó la terrible epidemia del crack en Los Ángeles.
Los publicó el grandísimo periodista californiano Gary Webb y su trabajo le mereció un Pulitzer.
Pocas semanas después, poderosos medios en EUA, a través de sus plumas más prestigiadas, criticaron los reportajes de Webb.
Alegaron falsamente que su investigación carecía de pruebas, que eran simples fantasías y que se valía de la técnica priming.
Las acusaciones eran infundadas.
La investigación de Gary Webb sí estaba repleta de pruebas fehacientes, y las relaciones entre la CIA y los traficantes de droga estaban bien comprobadas.
Uno de los mayores perseguidores de Gary Webb, colega suyo que no lo dejó en paz hasta quitarle el trabajo y meterlo en una “lista negra” de periodistas peligrosos, fue nada menos que Tim Golden.
Ahora Golden comete el mismo error intencional por el que dolosamente acusó a Gary Webb hace justo 30 años, y no se toma la molestia ni siquiera de defenderse porque se justifica detrás del escudo de su prestigio global.
¡Vaya ironías de la vida!
Hoy, Tim Golden publica ocurrencias y evidentes obviedades, y Gary Webb, en cambio, yace olvidado en una tumba en California porque se suicidó en 2004, agobiado por tanto acoso y linchamiento de sus propios colegas.
Por cierto, se mató de dos certeros tiros en el corazón.