¿Cuál es el secreto sobre el crimen organizado que reveló Pam Bondi y que incluye a NL?
Es verdad que Omar García Harfuch se ha convertido en pieza clave para la nueva estrategia de seguridad pública nacional, donde predomina la inteligencia por encima de la fuerza.
Gracias a esta estrategia, se han destruido casi un centenar de laboratorios de fentanilo y se ha enviado a EUA a medio centenar de altos miembros de cárteles mexicanos. Pero buena parte de la estrategia confrontativa oficial la llevan los cuerpos de seguridad estatales.
Si no se cuenta con ellos, no hay medallas de victoria que colgarse en el pecho.
De otra manera, no se explica que en Tamaulipas —apenas cruzando la línea divisoria con Nuevo León— el crimen organizado se involucre hasta en el aumento de precios de la canasta básica, e incluso en la venta de útiles escolares —el dato está bien documentado—, como me explicó ayer un alto mando de la Guardia Nacional.
Y lo mismo que ocurre en territorio tamaulipeco pasa, en proporciones desmedidas, en otros 20 estados del país, donde afortunadamente no se contempla a Nuevo León.
El pasado fin de semana se viralizó una posible intervención militar de EUA a México. Esa amenaza está descartada, por más que se machaque en tan aparente como irreal tentativa.
También ayer, la fiscalía del gobierno de Donald Trump —en concreto, la fiscal general Pamela Bondi y el jefe de la DEA, Terrence “Terry” C. Cole— celebró los avances en materia de seguridad bilateral EUA-México, con reconocimiento a la presidenta Claudia Sheinbaum y con la incautación de bienes y activos por casi $15,000 millones de dólares de Ismael “Mayo” Zambada.
(Ya veremos cuál es la ubicación concreta y el paradero de dichos bienes y fondos tras el reconocimiento de culpabilidad del preso cuya sentencia está programada para el 13 de enero de 2026).
¿Qué está haciendo bien México, y qué hace bien Nuevo León que antes no se hacía? Valdría la pena analizar esta narrativa.
Pero incluyamos una línea de investigación que abiertamente señaló Pam Bondi en su conferencia de ayer, y que a casi todos los medios se les escapó del radar: “sigamos la ruta del dinero”.
Y para cumplir ese propósito hay dos vías: la facturación ilícita (el llamado facturaje) y las criptomonedas.