El dolor es inevitable, el sufrimiento es opcional
El dolor es una experiencia física, una señal de alerta del cuerpo que indica daño o peligro, mientras que el sufrimiento es una respuesta psicológica, emocional y existencial a ese dolor o a otras situaciones adversas.
En resumen, el dolor es una sensación, el sufrimiento es una experiencia subjetiva.
Mi preocupación es que podemos hacer, para que el dolor no se convierta en sufrimiento.
Veamos cual es la definición de "sufrimiento" es un estado de dolor físico o angustia emocional que puede llevar a una persona a sentirse triste, asustada, deprimida, ansiosa o sola.
A menudo se refiere a una respuesta cognitiva y emocional a la experiencia de dolor.
Analicemos algunas definiciones de sufrimiento:
La frase "el dolor es inevitable, el sufrimiento es opcional" es comúnmente atribuida a Siddharta Gautama, también conocido como Buda.
Sin embargo, algunos también la mencionan con Haruki Murakami, quien también la utiliza en sus reflexiones sobre el manejo del dolor.
El budismo, considera que el sufrimiento se origina principalmente por la ignorancia, el deseo, el apego, la aversión y la búsqueda de un control absoluto sobre la realidad.
Estos componentes, a menudo agrupados en los "Tres Venenos" (codicia, odio, ignorancia), crean una insatisfacción y un ciclo de sufrimiento que pueden ser superados a través de la comprensión y la práctica del camino hacia la liberación consiente.
El “sufrimiento” se presenta como una variedad de emociones; que van desde de la felicidad a la desesperanza.
El sufrimiento es angustia emocional, social o espiritual que lleva a una persona a sentirse triste, afligida, asustada, deprimida, ansiosa o sola.
Las personas en este estado, también en ocasiones se sienten incapaces de hacer frente a los cambios de la vida cotidiana o a aquellos causados por una enfermedad, terminales como el cáncer.
¿Qué dice la psicología sobre el sufrimiento?
El sufrimiento humano y el malestar psicológico puede desencadenar respuestas emocionales intensas como la tristeza, la ira, el miedo y la frustración, que de no tratarse a tiempo provocan una sensación de malestar psicológico permanente que deteriora la salud mental.
Dice Freud: “El sufrimiento nos amenaza por tres lados: desde el propio cuerpo que, condenado a la decadencia y a la aniquilación ni siquiera puede prescindir de los signos de alarma que representan el dolor y la angustia; del mundo exterior, capaz de encarnizarse en nosotros con fuerzas destructoras omnipotentes”.
Aristóteles sustenta que las pasiones en general van acompañadas de las sensaciones placer y/o dolor, las cuales entrañan cierta alteración o turbación psicofísica.
La Biblia presenta el sufrimiento como una realidad inherente a la vida humana, pero también como una oportunidad para crecer en fe y confianza en Dios.
Nietzsche escribe «Ningún sufrimiento habrá podido y podrá inducirme a un falso testimonio contra la vida».
Aristóteles explica “El sufrimiento se vuelve hermoso cuando alguien soporta grandes calamidades con alegría, no por insensibilidad sino por grandeza de ánimo”.
Otra corriente expone que el sufrimiento es una sensación penosa causada por una excitación violenta de las terminaciones cutáneas o viscerales de fibras nerviosas especializadas.
Como podemos ver, esta definición de dolor se ciñe al ámbito fisiológico del individuo.
En la mayoría de las veces manejamos mal, las emociones negativas tanto las propias como las ajenas.
Vivimos en un mundo en el que el objetivo, el fin es ser feliz a toda costa, nos hace pasar por encima de cualquier acontecimiento que altere esa presunta felicidad con la mayor rapidez posible.
Es imprescindible no confundir un sufrimiento inútil, que nos paraliza y no nos permite avanzar, con ese otro que se justifica porque el devenir de la vida, que no siempre es favorable, porque nos pasan cosas que el azar y la fatalidad nos castigan entre otras cosas porque perdemos seres a los que queremos.
Y aunque no podemos, quedarnos varados en el sufrimiento y resistirnos a seguir adelante, como dice el poema “de amor y dolor alivia el tiempo” por lo general ese dolor se va amortiguando con pasa del tiempo.
Sin embargo, el otro, el anímico, el que no responde a una causa concreta que lo desencadene, el que nos detiene, paraliza y nos angustia, debe ser tratado cuanto antes porque ese sufrimiento el tiempo no lo cura, al contrario, lo agrava.
Parece que hemos olvidado que el sufrimiento forma parte de la vida, que si una persona, o incluso un animal al que queremos, muere, sufrimos por su pérdida.
Una ruptura sentimental, duele.
Que un amigo nos decepcione, duele y que no tener ninguno, la soledad, duele también.
Una precisión el dolor emocional duele igual que el dolor físico.
Esto es lo que demuestran muchas investigaciones de neuroimagen física, que afirman que las regiones implicadas en procesamiento del dolor físico son las mismas que el dolor emocional y la angustia social.
Este tipo de dolor es una experiencia subjetiva, y a diferencia del dolor físico, la herida no se ve.
Existen distintos motivos que causan gran sufrimiento emocional o psicológico: el desamor, dejar atrás una ciudad y amigos, perder el trabajo, etc.
Sea cual sea la causa, es necesario saber tramitar correctamente el cambio y poseer las herramientas y recursos que ayuden a superar el sufrimiento de manera apropiada.
Los filósofos hablan de los “Los cuatro ríos del sufrimiento”, clasificadas como nacimiento, vejez, enfermedad y muerte.
Enumeramos otras emociones intensas como la ira, la envidia, la vergüenza, ligera inquietud, irritación, impaciencia, molestia, frustración, decepción, insatisfacción, agravación, tensión, estrés, ansiedad, enojo, dolor, desesperación, pena, tristeza. sufrimiento, miseria, agonía, angustia, el daño provocado por palabras hirientes y la pena profunda que genera la pérdida de un ser querido.
Consideremos también las alteraciones psicológicas más persistentes como la depresión, la sensación de soledad o la baja autoestima
Diferentes fuentes recomiendan, entre otras acciones para superar el sufrimiento.
- Reconocer que sentir dolor es una parte natural de la vida y no hay razón para esconder o negar tus emociones.
- Habla y comunícate con amigos, familiares o un profesional de la salud mental.
- Compartir tus sentimientos puede aliviar el sufrimiento.
- Enfócate en tus fortalezas, capacidades y en lo que sí puedes controlar.
- La resiliencia te ayuda a sobreponerte a los momentos difíciles.
- Evita desmenuzar volver sobre el pasado o preocuparte por el futuro.
- Mantente en el momento presente y disfruta de las cosas buenas que tienes.
- Practica el autocuidado, como hacer ejercicio, comer bien, dormir lo suficiente y dedicar tiempo a actividades que te gusten.
- Escribe en un diario, pinta, participa en redes sociales, haz teatro, música o cualquier otra actividad que te ayude a expresar tus sentimientos.
- Utiliza el sufrimiento ya que este puede ser una oportunidad para crecer y aprender.
- Busca lecciones de cada situación y usa esa experiencia para fortalecer tu resiliencia.
Es fácil creer que los demás van a comprender y empatizar con tu sufrimiento, pero puede darse que no les interese, por lo que debes prepararte para aceptarlo.
Sin embargo, hay personas sensibles que sí que te comprenderán pues son perceptivos o han pasado por situaciones similares.
Además, recuerda que hay personas con inteligencia emocional alta y otras que no.
Tener cuidado... Cuanto más nos engañamos a nosotros mismos, estamos evitando hacer frente al problema.
Como se ha propuesto, para superar el dolor emocional es necesario reconocerlo y aceptarlo, y para ello, antes de nada, hay que ser sincero con uno mismo.
Cuando ya hayas aceptado la situación y estés listo para afrontar la situación y seas consciente de que la gente a tu alrededor está ahí para ti, averigua qué es lo que te está causando malestar y piensa en la causa de tu sufrimiento.
Solamente es posible auto sincerarse para mejorar el bienestar mental, sino que hay contarcon el apoyo de gente cercana con la cual poder conversar y verbalizar los pensamientos también ayuda.
Valora a la gente que está ahí para ti.
En los momentos difíciles es cuando realmente podemos ver quién está ahí para nosotros y quién está a nuestro lado
Hay que acudir a una práctica ancestral que está muy de moda en la actualidad, el Mindfulness o atención plena, las investigaciones científicas han demostrado que se incrementa el bienestar de las personas y reduce el sufrimiento emocional.
Consiste en la aplicación de unos principios básicos, como son: estar en el momento presente, tratarse a uno mismo con compasión, adoptar una mentalidad no enjuiciadora.
En fin, el sufrimiento surge ante una desconexión entre la expectativa y la realidad, cuando algunas cosas se salen de control, cuando cambian o no se materializan.
El sufrimiento es la respuesta cognitivo-emocional, que tenemos ante una situación dolorosa o un dolor físico.
Es aquí donde las emociones y pensamientos se entrelazan, generando mayor intensidad y duración que el dolor emocional, por lo tanto; el sufrimiento puede resultar indefinido, aunque la situación que lo provocó ya se haya solucionado por lo que es recomendable que si el dolor es inevitable que el sufrimiento sea opcional.
Al enfrentar la probabilidad la muerte, de que mi camino había terminado recordé un trozo de un poema de Neruda.
- Muere lentamente quien evita una pasión y su remolino de emociones,
- justamente estas que regresan el brillo
- a los ojos y restauran los corazones destrozados.
- Muere lentamente quien no gira el volante cuando esta infeliz
- con su trabajo, o su amor,
- quien no arriesga lo cierto ni lo incierto para ir detrás de un sueño
- quien no se permite, ni siquiera una vez en su vida,
- huir de los consejos sensatos…
- ¡Vive hoy!
- ¡Arriesga hoy!
- ¡Hazlo hoy!
- ¡No te dejes morir lentamente!
-
¡No te impidas ser feliz!